La importancia de enseñar al alumnado el lavado de manos

La importancia de enseñar al alumnado el lavado de manos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que unas manos limpias previenen sufrimientos y salvan vidas. La higiene de manos es la medida más importante para reducir los riesgos de transmisión de microorganismos y así prevenir la trasmisión de infecciones.

La técnica estándar de lavado de manos dura aproximadamente 30-60 segundos y es algo fácil de hacer. Debemos enseñar a nuestro alumnado que lo haga correcta y frecuentemente. Es importante que les demos ejemplo, no podemos olvidar que muchas veces aprenden por imitación.

 

¿Cuándo se lavará las manos nuestro alumnado?
  • Antes de comer o beber.
  • Después de usar el baño.
  • Después de sonarse la nariz, toser o estornudar sobre las manos.
  • Después de usar un pañuelo desechable.
  • Antes y después de tocar o limpiar una herida.
  • Después de jugar con juguetes o tocar objetos que se han compartido con otros niños.
  • Después de jugar en el suelo, arena, césped u otras superficies que puedan estar sucias.

 

¿Cómo hay que lavarse las manos?
  • Se debe usar agua y jabón. El agua sola no elimina los gérmenes. El jabón normal es capaz de eliminar más del 50 % de la flora bacteriana transitoria de nuestras manos.
  • Hay que frotarse las manos durante al menos unos 30 segundos. No hay que olvidar frotar las uñas, el dorso de las manos, las yemas de los dedos y los pulgares. Si los niños y niñas son muy pequeños se les puede decir que canten una canción mientras se lavan, para que estén el tiempo suficiente.
  • Después se enjuagan las manos con agua abundante y se secan con una toalla o papel desechable (es lo preferible en sitios públicos).

Aquí podemos consultar las recomendaciones de la OMS.

 

¿Qué puede hacer el centro educativo?
  • Asegurarse de que siempre hay jabón en los aseos del centro (no es necesario que sea antibacteriano).
  • Sería muy positivo que dispusiera de lavabo en todos los espacios que se dedican a trabajar con los niños o cerca de ellos.
  • Incluir la higiene rutinaria de manos entre las normas de conducta del colegio.
  • El profesorado y todo el personal del centro pueden y deben enseñar con el ejemplo.
  • La higiene en general -y la de las manos en particular- debe formar parte de su programa educativo y se enseñará en las aulas.

 

Paula Larumbe Oroz
Enfermera del Centro Público de Educación Especial Andrés Muñoz Garde (Pamplona)

Ana Durana Murillo (@DuranaAna)
Enfermera del Centro Público de Educación Especial Torre Monreal (Tudela)

 

Fuentes

  • Guía de ayuda: Manejo práctico de los problemas pediátricos más frecuentes en la escuela y guardería: Consejos para profesorado y cuidadores escolares; Asociación española de pediatría de Atención Primaria; 2015.
  • Guía para la prevención de accidentes en centros escolares; Comunidad de Madrid, Consejería de Educación.
  • http://www.who.int/gpsc/5may/tools/es/
  • Protocolo de actividades preventivas y de promoción de la salud a la edad pediátrica; Generalitat de Catalunya, Departament de Salut; 2008.

 

Foto: Pixabay / _Alicja_

Prevención de infecciones en el centro escolar

Prevención de infecciones en el centro escolar

Todos los seres humanos padecemos infecciones a lo largo de nuestra vida, forman parte del desarrollo normal del niño, permiten que se activen las defensas y mejore, a la larga, el sistema inmunitario.

 

Cuatro formas de contagio

Existen cuatro formas de contagio de las infecciones:

  • Por vía respiratoria: al toser o estornudar expulsamos al aire gérmenes que pueden ser respirados por los demás (catarro, gripe, sarampión, varicela…)
  • Por vía fecal-oral: los microbios se eliminan por las heces y el contagio se pro­duce al ingerirlos (casi todos los cuadros de diarrea).
  • Por contacto con la piel: directamente o a través de objetos que se comparten (piojos, hongos en la piel, varicela…).
  • Por contacto con líquidos orgánicos (sangre, orina, saliva).

En la edad escolar, la mayoría de estos procesos son producidos por virus y revisten poca importancia. Las más frecuentes son las respiratorias como catarros, otitis, etc. y las dia­rreas.

El riesgo de contagio de un niño es mayor cuanto menos sea su edad, su sistema inmunitario es más inmaduro. A esto hay que añadir que los más pequeños no han adquirido unas medidas higiénicas adecuadas (no se lavan las manos, no cubren su nariz y boca al toser o estornudar…) y que suelen compartir juguetes y otros objetos.

Es importante aclarar que muchas veces es difícil controlar el contagio, ya que la mayoría de infecciones tienen lo que se denomina período de incubación o de latencia (tiempo en el que todavía no han producido síntomas, pero que ya se puede trasmitir)

Un buen aprendizaje de las medidas higiénicas básicas puede evitar el contagio de muchas infecciones, incluso en el período de incubación.

 

Medidas que puede adoptar el centro educativo para evitar los contagios
  • Mantener una buena higiene y ventilación en las instalaciones, haciendo especial hincapié en espacios y objetos que han podido estar con contacto con fluidos corporales como son los baños y el comedor (y sus utensilios) en caso de que la escuela disponga de éste. Sería muy conveniente que el centro dispusiera de personal de limpieza en horario escolar.
  • Lavar a menudo los juguetes y objetos de uso común (colchonetas, mantas para las siestas de los más pequeños…)
  • Procurar que el número de niños y niñas esté adaptado a las dimensiones del aula y ventilarla regularmente incluso en horario escolar.
  • Realizar educación sanitaria básica con el alumnado:
    • Enseñar a los niños y niñas a cubrirse la boca al toser o estornudar. Para sonarse la nariz son preferibles los pañuelos desechables.
    • Educar a los niños y niñas en la importancia de lavarse las manos con agua y jabón. Especialmente al salir del baño y antes de comer o almorzar, y más a menudo si están acatarrados.
  • Concienciar a los padres y madres para que no lleven sus hijos al colegio si están con un proceso infeccioso así diagnosticado por el pediatra.
  • Informar a las familias de aquellas infecciones que ocurran en el colegio (piojos, gastroenteritis…) para que puedan tomar medidas preventivas extra.
  • Si un niño se pone enfermo en el colegio llamar a su casa cuanto antes para que vengan a por él e intentar que mientras tanto tenga el mínimo contacto con el resto de alumnado.
  • Asesorar a las madres y padres acerca de la conveniencia de que el niño o niña tenga al día el calendario vacunal. La vacunación es la mejor manera de prevenir algunas enfermedades contagiosas.

 

Paula Larumbe Oroz
Enfermera del Centro Público de Educación Especial Andrés Muñoz Garde (Pamplona)

Ana Durana Murillo (@DuranaAna)
Enfermera del Centro Público de Educación Especial Torre Monreal (Tudela)

 

Fuentes

    • Guía de ayuda: Manejo práctico de los problemas pediátricos más frecuentes en la escuela y guardería: Consejos para profesorado y cuidadores escolares; Asociación española de pediatría de Atención Primaria; 2015.
    • Guía para la prevención de accidentes en centros escolares; Comunidad de Madrid, consejería de Educación.
    • http://www.who.int/antimicrobial-resistance/global-action-plan/infection-prevention-control/es/
    • Protocolo de actividades preventivas y de promoción de la salud a la edad pediátrica; Generalitat de Catalunya, Departament de Salut; 2008.

 

Fotografía: Pixabay / airunique

Manejo de la diabetes infantil en el aula

Manejo de la diabetes infantil en el aula

La diabetes es una enfermedad crónica que consiste en un deficiente funcionamiento del páncreas. La persona que la padece no fabrica insulina (o lo hace de manera deficitaria), lo que se traduce en descompensaciones de los niveles de glucosa en sangre.

Aunque existen dos tipos de diabetes, es la tipo 1 o insulinodependiente la que nos podemos encontrar en nuestro alumnado, ya que la tipo 2 es más propia de la edad adulta y vejez.

Una vez establecido el diagnóstico, desde las unidades de diabetes infantil enseñan el correcto control de la diabetes a cada paciente. El objetivo es que cada niño o niña sepa gestionar adecuadamente su autocuidado.

Los cuatro ejes del control de la diabetes

La diabetes no es contagiosa y el alumno/a debe ser tratado con normalidad, integrándole plenamente en el colegio y permitiéndole participar de las actividades. Se tendrán en cuenta los cambios psicosociales y se trabajará con toda el aula, para la consecución de estos objetivos.

El control de la diabetes gira en torno a cuatro ejes fundamentales:

  • Niveles de glucosa en sangre: En horario escolar el alumno/a diabético necesitará controlarlos antes del almuerzo y la comida y ante la sospecha de una hipoglucemia.
  • Administración de insulina: necesitará antes de la comida y es posible que también antes del almuerzo.
  • Alimentación: su alimentación será variada y equilibrada, pero necesitará control de la cantidad de hidratos de carbono que ingiera.
  • Ejercicio físico: las sesiones de educación física serán preferiblemente a primeras horas de la jornada, o tras un adecuado control de los niveles de glucosa y aporte necesario de hidratos de carbono, para minimizar el riesgo de hipoglucemia.

Como norma general un niño/a diabético, a partir de los 8-9 años puede medirse los niveles de glucosa y pincharse la insulina, si bien necesitará supervisión por parte de un adulto.

En el ámbito familiar los padres son los responsables del control de la diabetes de su hijo o hija, pero en la escuela son los profesionales de la educación los principales apoyos para el niño o niña.

Es fundamental el intercambio fluido de información entre padres y profesionales.

Pautas de intervención y ficha de salud

El centro educativo tendrá que establecer pautas de intervención con el alumnado diabético, tanto en el control rutinario de la enfermedad como ante la sospecha de una hipoglucemia. Dichas pautas son individualizadas y consensuadas con los padres.

Conviene que el centro elabore una ficha de salud del alumno/a en la que se concretarán -como mínimo- los siguientes aspectos:

  • Nombre del alumno/a, nombre y teléfono de sus padres o tutores legales y del hospital de referencia.
  • Horario en el que necesita controles, insulina, almorzar, comer…
  • Pautas de insulina y cantidad de hidratos de carbono que debe ingerir en cada comida.
  • Lugar del centro donde se guardarán los medicamentos (insulina y glucagón), así como los medidores de glucemia, azúcar, galletas…
  • Personas -mínimo dos- encargadas de administrar o supervisar los cuidados que necesita el alumno/a (medir niveles glucosa, inyectar insulina, control ingesta hidratos de carbono…)
  • Autorización escrita de los padres para la administración de las medicaciones necesarias.
  • Cómo detectar e intervenir en caso de una crisis de hipoglucemia.
  • Plan o alternativas en caso de celebraciones, excursiones…

El alumno/a con diabetes, así como el resto de integrantes de la comunidad educativa, se beneficiarían enormemente de la figura de la enfermera escolar.

 

Paula Larumbe Oroz
Enfermera del Centro Público de Educación Especial Andrés Muñoz Garde (Pamplona)

Ana Durana Murillo (@DuranaAna)
Enfermera del Centro Público de Educación Especial Torre Monreal (Tudela)

 

Fuentes:

  • Asociación Navarra de Diabetes (ANADI).
  • Guía informativa sobre la diabetes mellitus tipo 1 en los centros escolares; Consejerías de Educación y Salud de la Comunidad de Madrid; 2007.
  • Guía de ayuda: Manejo práctico de los problemas pediátricos más frecuentes en la escuela y guardería: Consejos para profesorado y cuidadores escolares; Asociación española de pediatría de Atención Primaria; 2015.
  • La diabetes en la infancia, información para profesorado y personas cuidadoras; Consejería de Salud, Junta de Andalucía.
  • Lo que debes saber sobre la diabetes en la edad pediátrica; Sociedad de endocrino pediátrica de la asociación española de pediatría. Ministerio de Sanidad y Consumo; 2008.
  • Protocolo de Atención al Niño con Diabetes en el colegio; Unidad de Diabetes Infantil del Complejo Hospitalario de Navarra-B.
¿Por qué debería haber una enfermera en todos los comedores escolares?

¿Por qué debería haber una enfermera en todos los comedores escolares?

Durante los últimos años, la demanda del servicio de comedor escolar ha crecido de manera sostenida, impulsada por nuevas realidades sociales. Datos recientes sugieren que en España más del 20 % de la población escolarizada realiza la comida principal en su centro de enseñanza, cifra que se eleva hasta el 32 % para los escolares de enseñanza primaria. Esta situación supone la ingesta del 30-35 % del aporte energético diario y el aporte de un volumen considerable de nutrientes durante al menos 8 meses al año, a lo largo de toda la vida escolar.

Por tanto, el comedor escolar desempeña una importante función alimentaria en cuanto al suministro de alimentos y la composición de los menús ofertados, una función nutricional que permite satisfacer las necesidades nutricionales de los alumnos usuarios, una cualidad gastronómica y una función educativa, contribuyendo a la construcción de hábitos alimentarios que favorezcan el desarrollo y la promoción de la salud. Actualmente en Navarra los encargados de comedor son profesores.

FUNCIONES DE LA ENFERMERA ESCOLAR

En los comedores escolares, las funciones de la enfermera -algunas coordinadas con el nutricionista– son las siguientes:

  • Control del alumnado con dietas especiales: sin sal, hipercolesterolemia, ricas en fibra, astringentes, hipocalóricas…
  • Control de dietas de alumnos/as con alergias/intolerancias alimentarías.
  • Control de aquellos chavales y chavales que sean diabéticos: glucemia, administración de insulina, pesado de alimentos  según raciones de hidratos de carbono. Posterior educación sanitaria dando apoyo para mantenimiento de la dieta.
  • Control de dietas para alumnado con patologías crónicas (problemas renales, hepáticos, etc…) Posterior educación sanitaria prestando apoyo para el mantenimiento de la dieta.
  • Supervisión de la textura de dietas para gastrostomía y sonda nasogástrica.
  • Incidencias que se dan en un comedor escolar: náuseas, vómitos, fiebre, atragantamientos,  crisis epilépticas, crisis asmáticas, etc.
  • Administrar la medicación (o vigilar que se la toman) en aquellos chavales que la tienen pautada.
  • Enseñar higiene postural.
  • Preparar talleres, juegos, pequeñas charlas explicando tanto la necesidad de una alimentación saludable como de la realización de una correcta higiene antes y después, es decir de llevar a cabo una educación sanitaria completa adaptada a las necesidades y problemas reales que se detectan entre el alumnado.

El comedor escolar constituye una excelente oportunidad para configurar, bajo supervisión profesional, una dieta variada, educativa y saludable.

 

Paula Larumbe Oroz
Enfermera del Centro Público de Educación Especial Andrés Muñoz Garde (Pamplona)

Ana Durana Murillo (@DuranaAna)
Enfermera del Centro Público de Educación Especial Torre Monreal (Tudela)

Fotografía: Comedor escolar en Tlautla (México), por Gobierno de Cholula bajo licencia CC BY 2.0

 

Fuentes:

  • Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Subdirección de Estadística y Estudios del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Datos y cifras. Curso escolar 2014-2015. 2014. [consultado 10 May 2015]. Disponible en: http://www.mecd.gob.es/servicios-al-ciudadano-mecd/estadisticas.html. 2007.
  • Guía de comedores escolares. Programa PERSEO. Ministerio de Sanidad y Consumo. Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición. Ministerio de Educación y Ciencia. Centro de Investigación y Documentación Educativa. 2008. [consultado 1 May 2015]. Disponible en: http://www.perseo.aesan.msssi.gob.es/docs/docs/programa_perseo/RESULTADOS_PRESENTACION_PERSEO_FINAL.pdf.
  • Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC). Objetivos nutricionales para la población española. Consenso de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria 2011. Rev Esp Nutr Com. 2011;17(4):178-199.
  • Aranceta,C. Pérez Rodrigo. Alimentación colectiva en centros docentes. Tratado de nutrición pediátrica., 2.a ed., pp. 1115-1127
  • Aranceta,C. Pérez,L. Serra,A. Delgado. Hábitos alimentarios de los alumnos usuarios de comedores escolares en España: estudio Dime Cómo Comes. Aten Primaria., 33 (2004), pp. 131-139

 

Tengo un alumno/a alérgico… ¿qué debo saber? (y II)

En la primera entrada sobre el manejo de las alergias en los centros escolares hablábamos de los síntomas de una reacción y de cómo crear, con la participación de toda la Comunidad Educativa, un ambiente seguro para el alumno/a.
Ahora nos vamos a centrar en la prevención, detección y actuación ante una reacción alérgica.
Como norma general todos los trabajadores/as deben estar capacitados para:
  • Prevenir una reacción alérgica
    • Conocer la sustancia que provoca la alergia.
    • Conocer los alimentos, materiales y/o espacios escolares en la que se puede encontrar.
    • Evitar el contacto directo con dicha sustancia.
    • Evitar contaminaciones cruzadas como por ejemplo el intercambio de bocadillos o utensilios de comida con compañeros/as de clase.
  • Detectar los síntomas de una reacción
    • Sarpullido.
    • Vómitos.
    • Crisis de asma.
    • … 
  • Actuar en caso de una reacción
    • Eliminar el contacto con la sustancia (alejarle del lugar, lavar la parte del cuerpo que ha entrado en contacto…).
    • Administrar el tratamiento prescrito: inhaladores, antihistamínicos, adrenalina.
    • Avisar a los padres o tutores legales.
    • En caso de gravedad, llamar al 112 y seguir sus pautas. 


Debe tenerse especial cuidado en actividades especiales, como las excursiones / Pixabay

    La educación sanitaria a realizar con el propio alumno/a, así como con sus compañeros de aula debe hacer hincapié en la concienciación, prevención y detección precoz de síntomas, para evitar situaciones potencialmente graves. 

    Se tendrá especial cuidado en las actividades que se salgan de la rutina normal del centro: cumpleaños, excursiones…

    Cada vez que ocurra una reacción, es muy conveniente que el centro educativo elabore un informe interno en el que se recojan los hechos, las posibles causas y propuestas de mejora para evitar que vuelva a suceder.


    Paula Larumbe Oroz

    Enfermera del Centro Público de Educación Especial Andrés Muñoz Garde (Pamplona)

    Ana Durana Murillo 
    (@DuranaAna)
    Enfermera del Centro Público de Educación Especial Torre Monreal (Tudela)

    Bibliografía y recursos de interés:

    Tengo un alumno/a alérgico… ¿qué debo saber? (I)

    La alergia en una reacción exagerada de nuestro sistema inmunitario ante determinadas sustancias. Dichas sustancias no son nocivas para la inmensa mayoría de la población, pero sí para las personas alérgicas a ellas. Las más frecuentes son al polen, los ácaros del polvo, algunos alimentos y el látex.

    La exposición puede ser por múltiples vías: contacto directo, ingestión, inhalación…

    Los síntomas son muchos y muy variados, tanto en intensidad como en localización. Los más comunes son:

    • Dermatológicos (sarpullido, dermatitis…).
    • Digestivos (diarreas y vómitos).
    • Respiratorios (rinitis, asma…).

    Pixabay
    La reacción más grave de todas es la anafilaxia: afectación multiorgánica que puede comprender todo tipo de síntomas -incluida la obstrucción total de las vías respiratorias- lo que puede desencadenar la muerte de la persona que la sufre.


    Es muy importante saber que el tipo de síntomas y su intensidad no depende de la concentración o cantidad de exposición, sino del tipo de respuesta inmunitaria que tenga la persona. Esto quiere decir que muy pequeñas cantidades (incluso trazas microscópicas) de la sustancia pueden desencadenar los síntomas, también los más graves.

    El niño/a alérgica es un niño/a perfectamente sano/a si evita la sustancia alérgena.



    ABORDAJE DENTRO Y FUERA DEL AULA

    Las alergias son un tema que hay que abordar dentro y fuera del aula para prevenir consecuencias -tanto de salud como psicosociales- y garantizar la correcta integración del alumno/a alérgico dentro de la comunidad educativa, sin discriminación y sin estigmas.

    Se trata de crear un ambiente seguro y de respeto para el alumno/a.

    La labor educativa e informativa comprenderá a toda la Comunidad Educativa:

    • Profesionales.
    • Compañeros de aula y resto de alumnado.
    • El propio alumno/a alérgico.
    • Colaboración con la/las familias.
      Pixabay

    Es imprescindible que todas las personas que intervienen con el alumno/a en el centro educativo (profesores, cuidadores de ocio y comedor, bedeles, resto de alumnado…) sepan detectar e intervenir adecuadamente ante una reacción alérgica. Para ello es recomendable que el centro elabore un protocolo individualizado para cada alumno/a, consensuado con sus padres o tutores legales, que contenga -por lo menos- los siguientes datos:

    • Nombre del alumno/a y datos personales.
    • Teléfono de contacto del adulto responsable.
    • Aula y espacios que frecuenta en el centro escolar.
    • Sustancia a la que es alérgico y listado de materiales y/o alimentos que la contienen o pueden contener.
    • Materiales y alimentos alternativos que sean seguros para ese alumno/a.
    • Síntomas que presenta.
    • Pautas de actuación individualizadas.
    • Medidas preventivas.
    • Si existe prescripción facultativa de medicación y/o adrenalina autoinyectable, se proporcionará a los profesionales la formación necesaria para su aplicación, así como información clara y precisa acerca de dónde se guarda.

    Las fichas con dichos datos estarán en un lugar de fácil acceso para todo el personal, tanto del centro como externo a él pero que entra en contacto con el alumno (personal de la empresa de catering, monitores de tiempo libre…), sin olvidar que debemos cumplir la ley de protección de datos.

    (En la siguiente entrada sobre este mismo tema se abordan las pautas de prevención, detección y actuación ante una reacción alérgica).

    Paula Larumbe Oroz
    Enfermera del Centro Público de Educación Especial Andrés Muñoz Garde (Pamplona)

    Ana Durana Murillo (@DuranaAna)
    Enfermera del Centro Público de Educación Especial Torre Monreal (Tudela)

    Bibliografía y recursos de interés: