Prevención de las enfermedades cardiovasculares

Prevención de las enfermedades cardiovasculares

La enfermedad cardiovascular provoca más de 20,5 millones de muertes al año. Estas enfermedades constituyen un grupo de trastornos que afectan al corazón y los vasos sanguíneos, incluyendo cardiopatías coronarias, enfermedades cerebrovasculares y cardiopatías reumáticas.

Coincidiendo con el Día Mundial del Corazón, que se celebra el 29 de septiembre, conviene informar y concienciar a las personas de todo el mundo que la enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en el mundo. La Federación Mundial del Corazón celebra el Día Mundial del Corazón como recordatorio para que la población cuide su corazón. La campaña de este año 2023 se enfoca en el paso esencial de conocer nuestros corazones primero. El cuidado del corazón comienza con la comprensión de su riesgo. El objetivo es romper las barreras y empoderar a las personas para que tomen el control de su bienestar, “porque cuando sabemos más, podemos cuidar mejor”.

Según la Organización Mundial de la Salud, hasta el 80% de todos los ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares se pueden prevenir. Algunos factores de riesgo, como los antecedentes familiares, no se pueden modificar; mientras que otros como el consumo de tabaco, la presión arterial alta, la obesidad, etc. sí se pueden modificar.

¿CÓMO DISMINUIR EL RIESGO DE SUFRIR ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES?

Pequeños cambios en nuestro estilo de vida como llevar una dieta sana y equilibrada, hacer ejercicio regularmente, mantener un peso corporal saludable, evitar el tabaco o manejar el estrés, nos permite controlar mejor la salud de nuestro corazón y vencer la enfermedad cardiovascular.

CONSEJOS QUE HAN DEMOSTRADO SER EFICACES
  • No fumar o abandono del consumo de tabaco.
  • Reducción de la sal en la alimentación.
  • Aumento de la ingesta de frutas y verduras.
  • Actividad física regular.
  • Cese del consumo nocivo del alcohol.
  • Manejo del estrés.

 

Estefanía Ibáñez Lagunas
Irene Iniesta Martínez
Especialistas en Enfermería Familiar y Comunitaria. Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (ISPLN)

 

Fuentes

 

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay

Prevención de los efectos negativos del calor en la salud

Prevención de los efectos negativos del calor en la salud

Durante el verano se pueden originar situaciones de riesgo para nuestra salud por la exposición a altas temperaturas.

Cualquier persona puede verse afectada por las altas temperaturas; pero existen personas con mayor riesgo que requieren vigilancia: bebés y niños pequeños, mujeres gestantes, personas mayores, enfermedades mentales y enfermedades crónicas, etc.

Las medidas generales para prevenir los efectos del calor son:

  • Hidratarse: beber abundantes líquidos, en especial agua fresca, incluso sin sed.
  • Evitar bebidas alcohólicas, con cafeína o azucaradas.
  • Alimentación equilibrada y ligera. Se recomienda especialmente: frutas, verduras, ensaladas, zumos y gazpachos. Evitar comidas grasas y pesadas.
  • Protegernos del sol. Buscar sombra y usar protectores solares.
  • Proteger la cabeza con gorras o sombreros, utilizar gafas de sol.
  • Usar ropa ligera, holgada, transpirable y calzado fresco.
  • Permanecer en lugares frescos, aclimatar adecuadamente los domicilios, ventilar, y cerrar ventanas y persianas cuando las temperaturas sean elevadas.
  • Evitar grandes esfuerzos físicos, principalmente en horas centrales del día.
  • No dejar personas dentro de un vehículo estacionado y cerrado.
  • Tenga especial cuidado si toma medicación de alergia, hipertensión, depresión, Parkinson, enfermedad mental, etc.
  • Conservar medicación en lugares frescos.
  • Consultar a profesionales sanitarios ante síntomas de más de una hora relacionados con altas temperaturas.
GOLPE DE CALOR: SINTOMAS Y CÓMO ACTUAR

El golpe de calor es un cuadro clínico muy grave, con consecuencias fatales si no se identifica y se trata a tiempo. Los síntomas de sospecha son:

  • Temperatura corporal elevada, incluso superior a 40°
  • Piel caliente, roja y seca.
  • Fatiga, respiración rápida, pulso acelerado.
  • Náuseas, vómitos, diarrea.
  • Dolor intenso de cabeza.
  • Confusión mental, convulsiones, delirios, pérdida de conocimiento.

Ante un golpe de calor, el principal objetivo es disminuir la temperatura corporal, las principales indicaciones son:

  • Llevar a la persona a un lugar fresco.
  • Poner en posición semisentada, en caso de pérdida de conciencia tumbar con piernas flexionadas.
  • Si está consciente, dar agua a pequeños sorbos.
  • Dejar con ropa ligera.
  • Mojar con agua fresca, poner paños fríos, envolver en sabanas mojadas, darle aire con ventilador o abanico.
  • Cuando mejore su estado, acudir a un servicio médico.
  • Si pierde el conocimiento o no se recupera, llamar al 112.

 

Estefanía Ibáñez Lagunas
Irene Iniesta Martínez
Enfermeras especialistas en Familiar y Comunitaria. Instituto Salud Pública y Laboral de Navarra.

 

Fuentes

 

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay

Fiebre en el adulto

Fiebre en el adulto

La fiebre es una elevación de la temperatura corporal generalmente causada por una infección. No se trata de una enfermedad, es un síntoma que se manifiesta cuando nuestro cuerpo activa las defensas. Se entiende que tenemos fiebre cuando la temperatura supera los 38 º (a partir de 37,3ºC hablaríamos de febrícula).

No se trata de un valor constante, sino que varía a lo largo del día y en función de la zona en la que se mida la temperatura. Se considera normal la temperatura axilar hasta 37ºC, oral hasta 37,5ºC y rectal y timpánica hasta 38ºC.

Frecuentemente la fiebre suele acompañarse de escalofríos, dolor de cabeza, sudoración y dolor muscular.

¿CÓMO SE TRATA LA FIEBRE?

Si la fiebre no causa ninguna otra sintomatología y es leve no precisa tratamiento específico. Descansar y tomar suficiente líquido con autocuidados en domicilio hasta 3 días de duración sería lo correcto.

Si aparecen síntomas acompañantes que generan malestar, se puede tratar de bajar la temperatura con las siguientes medidas:

  • Tomar líquidos frescos si es posible y de forma frecuente a lo largo del día.
  • Garantizar el descanso
  • Usar ropa ligera, no abrigarse en exceso y cambio de ropa si excesiva sudoración.
  • Evitar el ejercicio físico.
  • Mantener un ambiente fresco y ventilado.
  • Tomar una ducha con agua tibia o usar paños húmedos en frente y axilas.
  • Tomar antitérmicos o analgésicos como el paracetamol o el ibuprofeno siempre que no existan alergias o contraindicaciones. Se deben tomar en la dosis, intervalo y recomendaciones adecuadas e indicadas en el prospecto o por un profesional sanitario.
  • Evitar la toma de antibióticos sin indicación médica. Esto podría dificultar la interpretación del proceso y generar resistencias futuras a antibióticos.
¿CUÁNDO CONSULTAR A UN PROFESIONAL?
  • Si la fiebre se mantiene por encima de 38 º más de 3 días.
  • Consultar también en las siguientes situaciones: embarazo, tratamiento con quimioterapia o radioterapia, personas con las defensas bajas por algún tratamiento específico, tras viajes a países de riesgo, después de haber estado ingresado o haberse sometido a una cirugía recientemente, tras la picadura de una garrapata o si cree que ha podido sufrir una insolación.
  • Presenta fiebre y alguno de los siguientes síntomas: dolor intenso o localizado en una zona concreta, sarpullido, irritabilidad, confusión, convulsiones, rigidez cervical, dificultad para respirar, dolor en tórax, vómitos o diarrea persistentes, debilidad o cambio brusco del estado general.

 

Laura López Suárez
Cristina Areta Cuesta
Especialistas en Enfermería Familiar y Comunitaria

 

Fuentes

 

Imagen de Gundula Vogel en Pixabay

Consejos para una correcta higiene del sueño

Consejos para una correcta higiene del sueño

El sueño es una necesidad básica del ser humano, es completamente necesario para restablecer nuestro organismo a nivel físico y mental.

Hay que tener en cuenta que no solo es importante dormir, sino hacerlo las horas necesarias y que el sueño sea de calidad, es decir, que resulte reparador y nos permita llevar a cabo las actividades de nuestro día a día.

Las necesidades de sueño son diferentes entre las personas y dependen de muchos factores como la edad, el estado de salud, el estado emocional, el consumo de sustancias excitantes… En definitiva, no todos dormimos igual ni necesitamos la misma cantidad, pero como norma general podríamos decir que los niños necesitan dormir entre 9-12 horas y los adultos entre 7-9 horas.

El insomnio es uno de los trastornos del sueño más frecuentes y consiste en la dificultad para dormirse a pesar de estar cansados, de dormir las horas necesarias o de tener un sueño profundo y reparador. Como consecuencia de este problema se puede presentar somnolencia durante el día, cansancio, falta de concentración y atención, disminución de la memoria, alteraciones del estado del ánimo, mayor riesgo de accidentes, etc.

RECOMENDACIONES

Para mejorar la calidad del sueño y conseguir un adecuado descanso se pueden seguir estas recomendaciones:

  1. Evitar las sustancias como el café, té, alcohol y tabaco especialmente varias horas antes de dormir.
    La cafeína, la teína y la nicotina son estimulantes del sistema nervioso central y alteran el sueño. El alcohol es un depresor del sistema nervioso central, por lo que puede ayudar al inicio del sueño, pero luego provoca despertares a lo largo de la noche.
  2. Mantener un horario regular para irse a dormir y para levantarse.
  3. Evitar estar en la cama “dando vueltas” y pensando que no se puede dormir. Si no se consigue conciliar el sueño tras 30 minutos es preferible levantarse, ir a otra habitación y hacer alguna actividad que no suponga mucha estimulación. Cuando aparezca el sueño de nuevo, volver a la cama. Se trata de asociar la cama al hecho de dormir y hacerlo lo antes posible.
  4. Procurar hacer una cena ligera una o dos horas antes de acostarse. Evitar irse a dormir con hambre, pero también tras una comida copiosa ya que ambas cosas pueden alterar el sueño.
  5. No tomar muchos líquidos hacia el final de la tarde y por la noche para no tener que levantarse varias veces al baño durante la noche.
  6. Evitar el uso de ordenador, móvil o tablet dos horas antes de ir a dormir y menos utilizarlos en la cama. La luz de este tipo de pantallas puede aumentar nuestro estado de alerta y dificultar el sueño.
  7. Fomentar un ambiente agradable en el dormitorio: buena temperatura, cama, almohada y ropa cómodas, habitación oscura y poco ruido.
  8. Crear una rutina para antes de ir a dormir y repetirla todas las noches. Se pueden incluir actividades como: lavarse los dientes y ponerse el pijama, escuchar música tranquila, darse una ducha caliente, algún ejercicio de relajación o respiración…
  9. Realizar ejercicio físico durante el día, pero no realizarlo unas 2-3 horas antes de dormir, sobre todo si es de alta intensidad, ya que puede activarnos en vez de ayudar a dormir.
  10. Evitar las siestas largas. Es preferible que no duren más de 20-30 minutos y sean después de comer.
  11. Resolver las preocupaciones fuera de la cama. Puede resultar muy difícil alejar estos pensamientos de la cabeza cuando se intenta dormir, pero convendría sustituirlos por imágenes o pensamientos agradables, que nos relajen y nos permitan disminuir el estrés. Si las preocupaciones vuelven, pensar que por la mañana y tras un buen descanso podremos dar con mejores soluciones.
  12. No automedicarse. A veces, la medicación puede parecer la solución más rápida y fácil para dormir, sin embargo, debería reservarse para casos en los que otras recomendaciones no han sido efectivas y siempre bajo supervisión de un profesional sanitario.

 

Cristina Areta Cuesta
Laura López Suárez
Especialistas en Enfermería Familiar y Comunitaria

 

Fuentes

 

Imagen de 영훈 박 en Pixabay 

Me han dicho que tengo el colesterol alto, ¿qué hago?

Me han dicho que tengo el colesterol alto, ¿qué hago?

 ¿QUÉ ES EL COLESTEROL?

El colesterol es un tipo de “grasa”, que tiene importantes funciones en nuestro cuerpo. Sin embargo, un exceso de colesterol acumulará grasa en nuestras arterias y venas, y puede provocar enfermedades graves como infarto cerebral y enfermedades cardiacas.

Se diferencian dos tipos de colesterol:

  • Colesterol “malo” (LDL): acumula grasas en los vasos sanguíneos.
  • Colesterol “bueno” (HDL): disminuye grasas en los vasos sanguíneos.

 

¿QUÉ ES EL COLESTEROL ALTO?

Las cifras de colesterol en sangre ideales son:

  • Colesterol total menor de 200mg/dl.
  • Colesterol “malo” (LDL) por debajo de 130 mg/dl.

 

¿QUÉ CAUSA EL AUMENTO DEL COLESTEROL?
  • No realizar ejercicio físico.
  • Tener obesidad o sobrepeso.
  • Dieta poco saludable:
    • Comer alimentos muy grasos, sobre todo los de origen animal.
    • Consumo de embutidos y quesos grasos.
    • Comer bollería, alimentos precocinados y azúcares en exceso.
    • Consumir bebidas azucaradas o bebidas alcohólicas.
    • No consumir frutas y verduras.

 

¿QUÉ DEBO HACER PARA BAJAR LAS CIFRAS ALTAS DE COLESTEROL?
  • Llevar una vida activa.
  • Realizar ejercicio físico adecuado a su edad y condición física.
  • Disminuir peso en casos de sobrepeso u obesidad.
  • Realizar una dieta saludable:
    • Disminuir alimentos y comidas grasas.
    • Limitar carnes grasas como cerdo, ternera, cordero, y embutidos, y sustituirlos por carnes menos grasas como pollo, conejo, pavo.
    • Comer pescado azul, rico en Omega 3, como: atún, salmón, sardinas, anchoas, etc.
    • Aumentar consumo de frutas, legumbres, verduras y cereales integrales.
    • Escoger lácteos desnatados.
    • Evitar alcohol y bebidas azucaradas como los refrescos o zumos industriales.
    • Evitar galletas, azucares, alimentos precocinados, y bollería.
  • Tomar medicación prescrita por su médico, siguiendo sus recomendaciones.

A continuación, se presenta una tabla con alimentos de menor a mayor contenido de colesterol. Los que tienen un contenido nulo o bajo puede comerlos diariamente, si tienen un contenido moderado puede tomarlos 3-4 veces por semana, y si tienen un contenido alto o muy alto, debería tomarlos esporádicamente.

colesterol alto

 

Irene Iniesta Martínez
Enfermera familiar y comunitaria
Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra

  

Fuentes

  • Sociedad Española de Medicina Interna. Hipercolesterolemia [Internet]. Fesemi. [Consultado 16 noviembre 2021]. Disponible en: https://www.fesemi.org/informacion-pacientes/conozca-mejor-su-enfermedad/hipercolesterolemia
  • Urtaran Laresgoiti M, Nuño Solinis R, et al. Hipercolesterolemia: una llamada a la acción. Bilbao: Deusto BSH; 2017.
  • Chang Calderin O, Figueredo Villa K, Murillo Pulgar TJ. Hipercolesterolemia en el adulto mayor. RevCubanaMedGenIntegr. 2020; 36(3).

 

Ictus: síntomas, factores y prevención

Ictus: síntomas, factores y prevención

El  ictus, conocido también como accidente cerebrovascular, embolia o ataque cerebral, es un cese brusco de aporte sanguíneo a una zona del cerebro, provocada por una obstrucción o una rotura de una arteria que irriga el cerebro.

Esta limitación del aporte de sangre provoca que el oxigeno no llegue a las células nerviosas, dejando de funcionar. Por este motivo el tiempo de reacción para atender a las personas que presentan un ictus es de vital importancia para reducir las secuelas.

Es una de las causas principales de muerte y de incapacidad permanente en personas adultas por lo que supone una urgencia sanitaria en su atención. El Código Ictus trata de garantizar la rápida atención de estos pacientes para disminuir la mortalidad y las secuelas del proceso.

SÍNTOMAS PRINCIPALES PARA PODER IDENTIFICARLO
  • Dificultad para hablar, leer o comprender lo que te dicen.
  • Pérdida de fuerza, sensibilidad u hormigueo de la mitad del cuerpo del mismo lado (cara, brazo, pierna…)
  • Dolor de cabeza intenso.
  • Pérdida de visión brusca.
  • Falta de equilibrio y coordinación corporal.

Si notamos alguno de estos síntomas en una persona, se le puede indicar que sonría, repita una frase o mueva una extremidad para comprobar que la alteración está presente y seguidamente llamar al 112 e informar de lo que sucede para trasladarle lo más rápido posible al hospital.

Mientras llega la ayuda es importante mantener un ambiente tranquilo, sentar o tumbar a la persona con la cabeza elevada y vigilar los cambios que se producen.

FACTORES DE RIESGO

Los principales factores de riesgo para sufrir un ictus son:

  • Hábito tabáquico.
  • Hipertensión arterial (HTA) o mal control de la tensión arterial.
  • Arritmias cardiacas (fibrilación auricular).
  • Niveles de colesterol elevados.
  • Diabetes.
  • Estrés.
  • Sedentarismo.
  • Obesidad.  
¿CÓMO PREVENIR EL ICTUS?

Realizar una serie de autocuidados y  ajustes en los estilos de vida puede reducir en gran medida de probabilidad de sufrir un ictus, en esta labor te puede acompañar tu enfermera del centro de salud.  Estos cuidados son los siguientes:

  • No fumar y evitar ambientes de tabaco.
  • Realizar un correcto control de la tensión arterial.
  • Mantener una alimentación variada, rica en frutas, verduras, legumbres y fibra limitando el consumo de grasas, azúcares y alcohol.
  • Realizar ejercicio físico de forma habitual adaptado a tu edad y estado general.
  • Tomar correctamente la medicación pautada por tus médicos y realizarte los controles que te indiquen.

Cabe destacar que una parte importante en la atención a los pacientes que sufren un ictus es la rehabilitación precoz tras el evento para la recuperación de la mayor calidad de vida posible.

 

Laura López Suárez
Cristina Areta Cuesta

Especialistas en Enfermería Familiar y Comunitaria

 

Fuentes

 

Imagen de VSRao en Pixabay