Traumatismo craneoencefálico en ancianos

Traumatismo craneoencefálico en ancianos

DEFINICIÓN

Se define el Traumatismo Craneoencefálico (TCE) como cualquier lesión física o deterioro funcional del contenido craneal debido a un intercambio brusco de energía mecánica.


¿QUÉ PUEDE CAUSAR UN TCE EN ANCIANOS?
traumatismo craneoencefálico anciano

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Las caídas son la causa más frecuente de TCE en los ancianos. Habitualmente, el envejecimiento se asocia a múltiples factores de riesgo que aumentan el riesgo de sufrir caídas: 

  • Pérdida de visión
  • Alteraciones del equilibrio
  • Pérdida de masa muscular
  • Deterioro cognitivo o demencia
  • Dependencia
  • Consumo de fármacos
  • Caídas previas
¿CÓMO DEBEMOS ACTUAR?

Lo primero que debemos comprobar es si el paciente se encuentra consciente y comprobar si respira. Ante la duda, realizaremos la Reanimación Cardio Pulmonar (RCP) y/o llamaremos al 112.

Información a transmitir al 112:

  • Nombre completo y edad de la víctima.
  • Si ha sido un TCE presenciado o no.
  • Cómo ha ocurrido el TCE.
  • Zona de la cabeza afectada y otras heridas.
  • Toma de

En la espera de ayuda, presionaremos si hay hemorragia y no moveremos al paciente.

 

¿QUÉ DEBEMOS VIGILAR?

Se deben reconocer e identificar los siguientes signos de alarma tras un TCE:

  • Pérdida o disminución del nivel de consciencia.
  • Dificultad para hablar.
  • Pérdida de habilidades motoras o de fuerza.
  • Vómitos.
  • Dolor de cabeza intenso que no cede con calmantes.
  • Convulsiones.
  • Alteración en la forma de respirar.
  • Salida de líquido claro por la nariz o el oído.

Los pacientes anticoagulados que han sufrido un TCE deben ser trasladados al hospital.

 

¿CÓMO SE PUEDE PREVENIR?

Se deben adoptar una serie de medidas preventivas en el hogar para favorecer un adecuado ambiente doméstico. Algunos ejemplos son: retirar alfombras, colocar barras de seguridad, tener una buena luminosidad, evitar tener el suelo resbaladizo, etc.

 

Irene Durán Landa
Enfermera. Servicio de Urgencias. Hospital Universitario de Navarra

Myriam Fernández Senosiain
Enfermera. Centro de Salud Mental San Francisco Javier

Elsa Urrutia Salinas
Enfermera. Hospitalización a Domicilio. Hospital Universitario de Navarra

Experto Universitario en Enfermería en Urgencias y Emergencias. Universidad Pública de Navarra. Curso 2023-2024.

 

Fuentes

El síndrome del shock tóxico

El síndrome del shock tóxico

¿QUÉ ES EL SST?

El síndrome del shock tóxico (SST) es una enfermedad aguda multisistémica causada por la toxina (TSST-1) producida por el Staphylococcus aureus. Es una enfermedad poco frecuente, pero con una alta mortalidad, ya que dicha toxina actúa como superantígeno que activa una cascada inflamatoria sistémica, conduciendo a shock y fallo multiorgánico. 

Los primeros casos descritos del síndrome de shock tóxico afectaban a mujeres que utilizaban tampones en sus períodos menstruales. Hoy en día, también ocurre con infecciones cutáneas, quemaduras y después de una cirugía. 

CAUSAS MÁS FRECUENTES
  • Haber dado a luz recientemente.
  • Infección por Staphylococcus aureus, llamada infección estafilocócica.
  • Uso de tampones por tiempo prolongado (>8h).
  • Infección de una herida tras una cirugía.
SÍNTOMAS
  • Fiebre repentina y alta (>38,5ºC).
  • Presión arterial baja.
  • Erupción cutánea similar a una quemadura de sol, con descamación.
  • Mareos, desmayos y dolor de cabeza.
  • Vómitos o diarrea.
  • Confusión, desorientación y malestar general.
  • Insuficiencia en riñones e hígado.
¿QUÉ PUEDO HACER PARA EVITAR EL SST SI UTILIZO TAMPONES?
  • Cambiar los tampones regularmente, cada 4 a 6 horas.
  • Utilizar tampones con la menor absorción necesaria para el flujo menstrual.
  • Alternar entre tampones y otros productos menstruales, como compresas o copas menstruales.
  • Lavarse las manos antes y después de manipular los tampones.
¿CUÁL ES EL TRATAMIENTO?
  • Extracción de los materiales (tampones, esponjas vaginales).
  • Drenaje de los sitios de infección.
  • Administración de antibióticos de amplio espectro.
  • Administración de fluidos intravenosos.
  • Ingreso hospitalario para monitorización y diálisis.

 

Irene Ferrando Ruiz
Unidad de Cirugía General N3. Hospital Universitario de Navarra.

Elena Garmendía Maíz
Unidad de Apoyo al Cuidado (pool). Hospital Universitario de Navarra.

María Jesús Ladrón Santamaría
Centro de Salud Mental Gayarre (Tudela)

Experto Universitario en Enfermería en Urgencias y Emergencias. Universidad Pública de Navarra. Curso 2023-2024.

 

 

Fuentes

 

Foto de Karolina Kaboompics (Pexels)

Efectos del edadismo en las personas mayores

Efectos del edadismo en las personas mayores

El edadismo es la discriminación hacia las personas en función de su edad, especialmente a las personas mayores. Incluye estereotipos (lo que pensamos), prejuicios (lo que sentimos) y discriminación (cómo actuamos). Puede ser en relación a las demás personas o autoinflingida (la que una persona se aplica a sí misma).

ESTEREOTIPOS

Algunos ejemplos de estereotipos edadistas son: pensar que todas las personas mayores son frágiles o son amables o que todas las personas jóvenes son maleducadas, impacientes…

PREJUICIOS

Son prejuicios edadistas los sentimientos de temor o desconfianza hacia las personas jóvenes o sentimientos de lástima hacia las personas mayores.

DISCRIMINACIÓN

Estos estereotipos y prejuicios pueden conducir a una conducta discriminatoria, por ejemplo, cuando no se valora la experiencia laboral de una persona porque se le considera mayor, o no se tiene en cuenta la opinión de una persona porque se le considera demasiado joven. Un ejemplo de edadismo autoinflingido es cuando una persona mayor cree que ya es tarde para aprender y no se plantea iniciar una nueva afición.

La discriminación por razón de edad se inicia en la infancia y se refuerza a lo largo de la vida. Los niños y niñas perciben los estereotipos respecto a la edad existentes en su cultura a través de lo que les transmiten las personas de su entorno. Los estereotipos que han interiorizado orientan sus sentimientos y comportamientos respecto a las personas de diferentes edades.

DIMENSIÓN DEL EDADISMO

El edadismo es generalizado a nivel mundial y está presente en numerosas instituciones y sectores claves de la sociedad como los servicios sociosanitarios, el lugar de trabajo, los medios de comunicación, el sistema judicial… y constituye un problema de derechos humanos, a la vez que un problema de salud pública de gran envergadura.

EFECTOS DEL EDADISMO EN LAS PERSONAS MAYORES

Se conocen poco los efectos del edadismo en las personas jóvenes. En el caso de las personas mayores se asocia con una menor esperanza vida y una salud física deficiente relacionado con que la propia persona mayor puede descuidar los hábitos saludables de alimentación, actividad física, alcohol, tabaco… al considerar que ya no es necesario.

Estereotipos sobre la sexualidad de las personas mayores y actitudes de la propia persona o de su entorno, impiden a menudo una expresión libre y plena de su sexualidad. Además, pueden tener menor probabilidad de solicitar un diagnóstico y tratamiento de Infecciones de Transmisión sexual (ITS) debido a que no disponen de servicios de salud sexual destinados especificamente a ellas y por temor a encontrar, en los profesionales sociosanitarios, actitudes edadistas respecto a su sexualidad.

También se asocia a una peor salud mental; puede tener una repercusión negativa en la autoestima, influye en los procesos psiquiátricos y se asocia a la aparición de depresión. También acelera el deterioro cognitivo.

En relación al bienestar social, el edadismo reduce la calidad de vida de los adultos mayores, aumenta su aislamiento social y su soledad, y puede aumentar el riesgo de violencia y abuso contra las personas mayores. También contribuye a la pobreza y la inseguridad económica de las personas en la vejez.

El edadismo está presente en nuestra sociedad.

¿QUÉ PODEMOS HACER?

Es importante relacionarnos y vivir desde el respeto y el buen trato hacia todas las personas. Para ello, podemos empezar por revisar nuestros comportamientos y el lenguaje que usamos cuando hablamos de las personas de un determinado grupo de edad.

 

Amaya Aguas Torres
Enfermera. Sección de Promoción de Salud y Salud en todas las Políticas (Instituto de Salud Pública y Salud Laboral de Navarra).
Maite Calvo Yanguas
Javier Vallés Romero
Enfermeros. Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea.

 

Fuentes

 

Imagen de Anna Shvets en Pexels 

 

Insuficiencia venosa crónica: “piernas cansadas”

Insuficiencia venosa crónica: “piernas cansadas”

La insuficiencia venosa crónica (IVC), conocida popularmente como “piernas cansadas”, consiste en la incapacidad de las venas de las extremidades inferiores para realizar un adecuado retorno de la sangre al corazón, provocando su acumulación en las piernas.

La enfermedad venosa crónica es una de las enfermedades más prevalentes y uno de los principales motivos de consulta por patología vascular en atención primaria, muchas veces infradiagnosticada. Afecta a un 25 % de la población y más del 50 % corresponde a mujeres.

SÍNTOMAS

Los síntomas que se pueden presentar van desde dolor, pesadez, cansancio de piernas, sensación de calor, hinchazón, calambres y picor, hasta aparición de pequeñas venas azuladas (teleangiectasias o “arañas vasculares”) o grandes venas dilatadas (varices), trastornos en la piel como aumento de color (hiperpigmentación), úlceras, etc. Pueden llegar a generar complicaciones graves como trombosis venosas, sangrado, etc.

FACTORES DE RIESGO

Los factores de riesgo relacionados con esta patología pueden ser:

  • Factores no modificables (donde no podemos influir):
    • Factores genéticos
    • Edad
    • Sexo femenino
    • Etapas de mayor riesgo como el embarazo y la menopausia.
  • Factores modificables (factores externos sobre los que podemos influir para prevenir y controlar la enfermedad):
    • Vida sedentaria, o largos periodos en la misma posición de pie o sentado.
    • Aumento de peso y obesidad
    • La falta de ejercicio físico.
    • Exposición al calor
    • Estreñimiento
    • Tabaco
    • Ciertas medicaciones como las pastillas anticonceptivas y hormonales.
CÓMO PREVENIR

La mejor forma de evitar esta patología es su prevención. Algunas recomendaciones son:

  • Llevar una dieta saludable.
    • Reducir el consumo de sal para evitar la retención de líquidos.
    • Dieta rica en fibra para evitar el estreñimiento.
  • Realizar ejercicio físico. Deportes como la bicicleta, la natación o caminar una media de 30 minutos diarios ayuda a activar la circulación.
  • Disminuir de peso.
  • Abandono del tabaco.
  • Evitar pasar demasiado tiempo sentado o de pie.
  • En los casos recomendados, el uso de medias de compresión asegura el retorno venoso al ejercer una presión pasiva en reposo y otra activa en movimiento. Esta terapia compresiva se receta por profesionales sanitarios que decidirán el tipo de compresión a utilizar. Es imprescindible una correcta toma de medidas para asegurar la talla adecuada en cada paciente y que el tratamiento sea efectivo. Además, es importante ponérselas todos los días por la mañana antes de levantarse, existiendo dispositivos que facilitan la colocación de estos dispositivos.
  • Evitar el uso de prendas excesivamente apretadas que dificultan la circulación.
  • Utilizar calzado cómodo.
  • Elevación de extremidades inferiores durante el sueño y varias veces al día ayuda a reducir la hinchazón.
  • Evitar la exposición prolongada al sol o las altas temperaturas de forma continuada.
  • Las duchas con agua fría tienen un efecto antiinflamatorio al producir vasoconstricción (reducción del calibre de los vasos sanguíneos, mejorando de esta forma la circulación). O bien alternar agua fría con tibia para estimular el retorno venoso. Los masajes con geles fríos en sentido ascendente desde el pie a la rodilla también ayudan a activar el retorno sanguíneo.
  • Mantener la piel hidratada y aumentar el aporte de líquidos ingeridos (preferiblemente agua) para evitar la retención de líquidos y favorecer la eliminación de orina.

 

Estefania Ibañez Lagunas
Enfermera especialista en Familiar y Comunitaria. Instituto Salud Pública y Laboral de Navarra.

Irene Iniesta Martínez
Enfermera especialista en Familiar y Comunitaria. Instituto Salud Pública y Laboral de Navarra.

Inmaculada Asunción Prieto Hualde
Enfermera. Atención Primaria, Osasunbidea.

 

Fuentes

 

Imagen: Rocketmann Team (Pexels)

Infecciones vaginales: causas y prevención

Infecciones vaginales: causas y prevención

Vaginitis es el término general para los trastornos causados por infección, inflamación o cambios en la flora vaginal normal. Se estima que la mayoría de las mujeres experimentarán una infección vaginal a lo largo de su vida, con síntomas como cambios en el flujo vaginal, picor, quemazón o mal olor.

¿CÓMO ES EL FLUJO VAGINAL NORMAL?

El flujo vaginal varía en función de la etapa vital. Durante la edad reproductiva es de aspecto blanco o transparente (puede ser también ligeramente amarillo), espeso o ligero, generalmente no tiene olor y su cantidad puede variar de 1 a 4 ml en 24 horas.

La cantidad y la consistencia varían según la fase del ciclo menstrual (más cantidad y elasticidad alrededor de la ovulación, menos cantidad y elasticidad tras la misma), en función de la toma de anticonceptivos y por el embarazo, entre otros motivos.

Antes de la primera menstruación, el flujo puede ser escaso o estar ausente. Cuando está presente puede ser blanco, claro o mucoso.

Tras la menopausia se produce una disminución del flujo vaginal.

No forman parte del flujo vaginal normal los síntomas y signos como picor, dolor, quemazón, irritación, enrojecimiento, lesiones o sangrado del cuello uterino o de la vagina.

¿CUÁL ES EL ORIGEN DE ESTAS INFECCIONES?

El origen se divide en infeccioso y no infeccioso. El origen infeccioso es el principal y se pueden encontrar tres causas predominantes ordenadas de mayor a menor frecuencia: vaginosis bacteriana, candidiasis y tricomoniasis.

  • En la vaginosis bacteriana se producen una serie de alteraciones entre las que se encuentra la presencia de otras bacterias (por ejemplo Gardnerella vaginalis), con un flujo maloliente característico.
  • La candidiasis es una infección causada por hongos de la especie Candida, donde la Candida albicans es la más frecuente.
  • La tricomoniasis es por el momento la única de las tres que se considera una infección de transmisión sexual y se produce por un protozoo llamado Trichomonas vaginalis. Es crucial incidir en el uso consistente del preservativo para prevenir este tipo de infecciones.

En el origen no infeccioso podemos encontrar como causas la atrofia, la presencia de un cuerpo extraño (tampón, copa menstrual o preservativo retenidos) y enfermedades como el lupus entre otras.

¿ESTAS INFECCIONES SE PUEDEN PREVENIR?

Existen factores de riesgo asociados a cada infección. Es importante siempre consultar a un profesional sanitario ante cualquier síntoma/signo que haga sospechar de una posible infección, ya que el tratamiento, las recomendaciones y la actuación a seguir pueden variar entre las mismas. Así mismo, existen una serie de recomendaciones generales para mantener una salud vulvovaginal adecuada:

  • Lavado con agua templada (no caliente), limpiador sin jabón y sin perfume y utilizar las propias manos (evitar toallitas).
  • Evitar baños calientes y uso de productos perfumados.
  • Evitar duchas vaginales y productos de higiene íntima (spray, polvos…).
  • Evitar utilizar toallitas o papel higiénico perfumado tras el uso del WC. Utilizar agua o papel higiénico no perfumado.
  • Secado a toques con una toalla suave, evitar frotar.
  • Utilizar ropa interior de algodón, evitar tangas (ropa ajustada) y ropa interior de licra (sintética).
  • Evitar el uso de salvaslip diario.

 

 

Alicia Garrón Rodríguez
Matrona en el Hospital Universitario de Navarra (Pamplona)

Amaia Moreno Torrano
Matrona en el Hospital García Orcoyen (Estella).
Miembros de la Asociación Navarra de Matronas (ANAMA)

 

Fuentes

Imagen: Foto de Sora Shimazaki (Pexels)

Prevención del atragantamiento en centros educativos

Prevención del atragantamiento en centros educativos

La obstrucción de la vía aérea por cuerpo extraño (OVACE) consiste en la introducción de un cuerpo extraño en la vía aérea obstruyéndola e impidiendo el paso del aire total o parcialmente a los pulmones. Si la situación no se revierte puede provocar la asfixia y muerte de la persona.

Según el INE, en el grupo de edad menor a 20 años, en los que se incluyen los niños en edad escolar (edades comprendidas entre los 6 y los 16 años), la sofocación accidental, teniendo en cuenta los últimos datos del año 2022, es la segunda causa de muerte externa con un total de 79 casos (64 hombres y 15 mujeres). Además, la Asociación Española de Pediatría señala que los atragantamientos se sitúan en la tercera causa de muerte no natural de niños menores de 5 años.

La mitad de los accidentes ocurren en presencia de un adulto. Uno de los lugares en los que los niños se vuelven especialmente vulnerables son los comedores escolares.

En una entrada anterior de Palabra de enfermera se explica cómo actuar ante una situación de atragantamiento.

RECOMENDACIONES
ALIMENTOS
  • Recomendar no dar a los niños menores de 4-5 años de edad alimentos con los que podrían atragantarse. Principalmente frutos secos de toda índole: palomitas, almendras, nueces, pipas, maíz…
  • Evitar a estas edades alimentos duros como caramelos u otros dulces que podrían ser particularmente peligrosos.
  • Cortar los alimentos suaves y redondos, como uvas y salchichas, a lo largo antes de servirlos a los niños.
  • No hacer reír o llorar a los niños pequeños mientras estén comiendo.
  • Proponer enseñar a los niños a masticar despacio y correctamente.
  • Especialmente enseñarles a comer de uno en uno los frutos secos (no a puñados) y a masticarlos adecuadamente.
  • Recomendar enseñar a los niños a sentarse mientras comen. Los niños nunca deben correr o jugar durante las comidas.
  • Evitar darle al niño alimentos que contengan objetos pequeños dentro, como esos conocidos dulces que vienen con pequeños juguetes en su interior.
  • Vigilar a los niños mientras comen.
JUGUETES Y OTROS OBJETOS
  • Insistir en prestar atención a las etiquetas de advertencia en los juguetes y otros productos que son susceptibles de ser utilizados por los niños. Seguir las recomendaciones de edad indicadas en los envases de juguetes.
  • Jugar con pelotas más grandes que una pelota de golf.
  • Asegurarse de que todos los juguetes tienen el marcado CE.
  • Procurar evitar que jueguen con objetos pequeños (botones, tornillos, fichas…) o fácilmente desmontables, así como con globos y guantes de látex.
  • Recomendar enseñar a mantener los juguetes con partes pequeñas lejos de sus hermanos menores.
  • Recordar que se deben desechar todos los juguetes rotos.
  • Proponer revisar los suelos y los lugares bajos por si hubiera objetos pequeños, como botones, canicas, monedas, alfileres y piedras, tornillos…, o fácilmente desmontables, así como globos y guantes de látex.
  • Situar las bolsas o envoltorios de plástico donde los niños no los puedan alcanzar.
  • Vigilar al niño mientras juega.

 

María Pilar Arnal Vallés
Lucía Reparaz Goñi
Alba Tellechea Armenteros
Enfermeras.  Servicio de Urgencias del Hospital Universitario de Navarra.
María Reparaz Goñi
Enfermera Escolar y Servicio Urgencias Extrahospitalarias.

 

Fuentes

 

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