La voz es el sonido que resulta de la vibración de las cuerdas vocales al acercarse entre sí, como consecuencia del paso del aire a través de la laringe.
La voz es nuestra principal forma de comunicación y para algunas personas es, además, una herramienta de trabajo. De ahí la necesidad de mantener la voz en buenas condiciones.
Uno de los trastornos más frecuentes en la voz es la disfonía, definiéndose esta como la dificultad para producir sonidos al hablar o un cambio en el tono o calidad de la voz. La voz puede sonar débil, chillona o ronca (ronquera). La afonía es la pérdida total de la voz.
CAUSAS
Las causas más frecuentes son:
Laringitis o la inflamación de la laringe (lugar donde se encuentran las cuerdas vocales).
Resfriado común (virus).
Un mal uso de la voz (como gritar o cantar fuerte).
Respirar sustancias irritantes.
Consumo de tabaco o alcohol.
Con menor frecuencia, el reflujo gástrico (ácido del estómago que irrita la laringe).
En ocasiones la inflamación puede derivar en verdaderas lesiones de las cuerdas vocales, como nódulos, pólipos o granulomas de contacto. Por lo general, se suelen curar en unos días, pero algunas personas, por su profesión (profesor, músico, vendedor, etc.) tienen más riesgo de padecerlas. La necesidad de hablar durante muchas horas al día y a volúmenes excesivamente altos, cansa y desgasta la voz
FACTORES DE RIESGO
Mal uso (gritar o cantar fuerte) o abuso de la voz (profesionales).
Problemas alérgicos, inflamatorios (rinitis, faringitis o laringitis).
En el ambiente profesional influyen las condiciones de ventilación, humedad y temperatura, presencia de sustancias irritantes.
Malos hábitos (tabaco o alcohol).
El ruido es otro de los factores que agreden la voz, puesto que nos obliga a realizar un sobreesfuerzo.
SíNTOMAS
Sensación de bulto o inflamación en mi garganta.
Sensación de mucosidad en mi garganta y/o necesidad de toser o carraspear.
Necesito realizar un esfuerzo mayor al hablar.
Dolor y tensión en el cuello y parte alta del hombro alrededor de mi garganta.
Ronquera en la voz.
Mi voz empeora durante el día.
Necesito jadear para tomar aire.
Tener acidez y/o quemazón que sube desde el tórax hasta el cuello.
¿QUÉ PUEDO HACER SI TENGO DISFONÍA?
No fume. Cualquier día y cualquier motivo es bueno para dejar de fumar.
Beba a sorbos con mucha frecuencia.Evite:
las bebidas muy frías o muy calientes y las comidas picantes.
el alcohol.
los ambientes cargados de humo, polvo o gases de productos irritantes.
el aire seco. Puede humedecer el ambiente con un vaporizador.
Hable pausadamente y utilice poco la voz. Hable menos y siempre en un tono e intensidad moderados. Evite gritar, susurrar, cantar, reír fuerte. No aclare la voz (el «ejem…»), ni carraspee fuerte. Esto aumenta la inflamación de las cuerdas vocales. Evite:
hablar por encima de un ambiente ruidoso.
hablar durante el esfuerzo o el ejercicio físico.
No confirme verbalmente todo lo que habla su interlocutor, mantenga reposo de voz mientras escucha.
Reduzca en lo posible las situaciones de agotamiento, estrés, falta de sueño y la tensión psíquica. Si no mejora, aumente el reposo de la voz. No hable.
Debe saber esperar dado que el proceso de curación puede durar varios días.
Las gárgaras no tienen ningún efecto terapéutico en las cuerdas vocales. Evite también los descongestionantes («gotas para la nariz») porque pueden resecar las cuerdas vocales y prolongan la irritación.
Para mantener la voz en buenas condiciones es necesario adquirir hábitos saludables, tanto en la vida diaria, así como en la actividad laboral, manteniendo una buena higiene vocal.
HIGIENE VOCAL
Recomendaciones en torno al ambiente
Evite los ambientes cargados de humo.
Observe cómo afectan los cambios climatológicos a su aparato respiratorio.
Evite la inhalación de olores fuertes, productos de limpieza, pinturas (ya que son sustancias irritantes para el aparato respiratorio).
Mantener una humedad ambiental adecuada entre el 30 % y 70 %.
Recomendaciones en torno a la voz:
No fuerce la voz intentando sobrepasar al ruido ambiental.
Mantener una dieta equilibrada.
No se recomienda ingerir alimentos y bebidas excesivamente fríos, ni muy calientes.
Mantener una buena hidratación corporal (y por tanto en la laringe), bebiendo 2 litros de agua al día.
Mantener un correcto equilibrio postural.
Evitar el estrés, la fatiga y tensiones emocionales que pueden afectar a la voz.
Control de la técnica vocal: aprendizaje de técnicas de impostación de la voz, respiración, articulación…
CÓMO SACAR MEJOR PARTIDO A LA VOZ
Diferentes causas, asociadas o por separado, pueden provocar la pérdida de voz por parte del trabajador, haciendo que este no pueda llevar a cabo sus tareas. En último caso, puede llegar a resultar incapacitante.
Para aquellas personas que utilizan la voz como herramienta de trabajo (docentes, cantantes, teleoperadores…), la aparición de nódulos de cuerdas vocales a causa de esfuerzos sostenidos por motivos profesionales se reconocen como enfermedad profesional, según el Real Decreto 1299/2006, de 10 de noviembre y la mutua lo comunicará como enfermedad profesional al Instituto Nacional de la Seguridad Social.
José Ángel Aizkorbe Iraizotz D.U.E Especialista en Enfermería del Trabajo
Mª José Ochotorena Ureta D.U.E Especialista en Enfermería del Trabajo
Bibliografía
Factores ambientales y hábitos vocales en docentes y funcionarios de pre-escolar con alteraciones de voz. 1.D.P. Barreto-Munévar, et al. Rev. Salud Pública, 13 (3) (2011), pp. 410-420
Patología vocal en trabajadores docentes: influencia de factores laborales y extralaborales. 1.R.E. Gañet, C. Serrano, M.I. Gallego. Arch Prev Riesgos Labor, 10 (1) (2007), pp. 12-17
Real Decreto 486/1997, sobre condiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo en su anexo III (Condiciones ambientales) de obligado cumplimiento.
Casanova C, Bosque Ll, Vilaseca I, Rigual L. Guía Clínica para el abordaje de la disfonía crónica en Medicina Primaria y Medicina del Trabajo. INSSBT, en colaboración con el grupo EVES de la UAB, 2016
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE MANTENER SANOS LOS DIENTES DE LECHE, SI SE LES VAN A CAER?
Lo primero que debemos saber es que una boca libre de caries en la infancia está relacionada con una boca sana en la edad adulta. Si existe una infección en los dientes de leche, los dientes permanentes (que se encuentran debajo), se pueden ver afectados. Además, los dientes de leche sirven para que mastiquen bien,hablen correctamente, mantener el lugar de los dientes permanentes, etc.
¿CUÁNDO DEBO EMPEZAR CON LA LIMPIEZA DE LA BOCA DE MI HIJO/A?
¡Muy sencillo y fácil de recordar! Debemos comenzar una vez que haya salido el primer diente de leche y, al menos, dos veces al día. Hay que tener en cuenta que los niños hasta los 7-10 años no tienen la habilidad suficiente para realizar una higiene bucal eficaz solos; además del riesgo de que se traguen la pasta, pongan una cantidad inadecuada en el cepillo… por lo que es responsabilidad de los padres o cuidadores supervisar y repasar el cepillado.
¿QUÉ PASTA DE DIENTES DEBO USAR?
En niños entre 6 meses (o la erupción del primer diente) y 3 años, cepillar los dientes con una pasta dental de 1.000 partes por millón (ppm); poniendo en el cepillo el tamaño de un “grano de arroz seco”.
Para niños entre 3 y 6 años, cepillar los dientes con pastas dentales con 1.000/1.450 ppm aumentando la cantidad de forma progresiva hasta tamaño “guisante”.
A partir de los 6 años, utilizar una pasta de dientes de 1.450 ppm de flúor y tamaño “guisante”.
Las ppm (partes por millón de flúor), aparecen indicadas en la parte de atrás de las pastas infantiles, junto con los ingredientes. Frecuentemente nos encontraremos con el problema de que algunas de ellas no están actualizadas y puede poner “a partir de los 2 años por ejemplo” cuando realmente están indicadas desde la aparición del primer diente.
¿POR QUÉ CON FLÚOR?
El flúor tópico es una excelente herramienta para proteger al esmalte del ataque bacteriano y reducir el riesgo de caries de los niños. Por lo tanto, las sociedades de odontopediatría recomiendan que siempre sean pastas fluoradas.
Poniendo la cantidad y concentración adecuada, no hay ningún riesgo, aunque no se sepan enjuagar o se traguen esa pequeña cantidad.
¿CUÁLES SON LAS MEDIDAS PREVENTIVAS MÁS EFICACES PARA EVITAR LAS CARIES?
Cepillado de dientes, al menos 2-3 veces al día; haciendo hincapié en el de la noche.
No endulzar nunca el chupete ni tetinas.
No ofrecer zumos, evitar productos azucarados.
Enseñar a nuestros pequeños a utilizar seda dental y a cepillarse la lengua.
Acudir al odontopediatra de forma rutinaria desde el primer año de vida.
Irene Velasco Huici
Maria Eugenia Milagro Jiménez Enfermeras especialistas en Pediatría. Miembros de la Asociación de Enfermería Pediátrica de Aragón y Navarra (AEPAN)
El sueño es una necesidad básica del ser humano, es completamente necesario para restablecer nuestro organismo a nivel físico y mental.
Hay que tener en cuenta que no solo es importante dormir, sino hacerlo las horas necesarias y que el sueño sea de calidad, es decir, que resulte reparador y nos permita llevar a cabo las actividades de nuestro día a día.
Las necesidades de sueño son diferentes entre las personas y dependen de muchos factores como la edad, el estado de salud, el estado emocional, el consumo de sustancias excitantes… En definitiva, no todos dormimos igual ni necesitamos la misma cantidad, pero como norma general podríamos decir que los niños necesitan dormir entre 9-12 horas y los adultos entre 7-9 horas.
El insomnio es uno de los trastornos del sueño más frecuentes y consiste en la dificultad para dormirse a pesar de estar cansados, de dormir las horas necesarias o de tener un sueño profundo y reparador. Como consecuencia de este problema se puede presentar somnolencia durante el día, cansancio, falta de concentración y atención, disminución de la memoria, alteraciones del estado del ánimo, mayor riesgo de accidentes, etc.
RECOMENDACIONES
Para mejorar la calidad del sueño y conseguir un adecuado descanso se pueden seguir estas recomendaciones:
Evitar las sustancias como el café, té, alcohol y tabaco especialmente varias horas antes de dormir. La cafeína, la teína y la nicotina son estimulantes del sistema nervioso central y alteran el sueño. El alcohol es un depresor del sistema nervioso central, por lo que puede ayudar al inicio del sueño, pero luego provoca despertares a lo largo de la noche.
Mantener un horario regular para irse a dormir y para levantarse.
Evitar estar en la cama “dando vueltas” y pensando que no se puede dormir. Si no se consigue conciliar el sueño tras 30 minutos es preferible levantarse, ir a otra habitación y hacer alguna actividad que no suponga mucha estimulación. Cuando aparezca el sueño de nuevo, volver a la cama. Se trata de asociar la cama al hecho de dormir y hacerlo lo antes posible.
Procurar hacer una cena ligera una o dos horas antes de acostarse. Evitar irse a dormir con hambre, pero también tras una comida copiosa ya que ambas cosas pueden alterar el sueño.
No tomar muchos líquidos hacia el final de la tarde y por la noche para no tener que levantarse varias veces al baño durante la noche.
Evitar el uso de ordenador, móvil o tablet dos horas antes de ir a dormir y menos utilizarlos en la cama. La luz de este tipo de pantallas puede aumentar nuestro estado de alerta y dificultar el sueño.
Fomentar un ambiente agradable en el dormitorio: buena temperatura, cama, almohada y ropa cómodas, habitación oscura y poco ruido.
Crear una rutina para antes de ir a dormir y repetirla todas las noches. Se pueden incluir actividades como: lavarse los dientes y ponerse el pijama, escuchar música tranquila, darse una ducha caliente, algún ejercicio de relajación o respiración…
Realizar ejercicio físico durante el día, pero no realizarlo unas 2-3 horas antes de dormir, sobre todo si es de alta intensidad, ya que puede activarnos en vez de ayudar a dormir.
Evitar las siestas largas. Es preferible que no duren más de 20-30 minutos y sean después de comer.
Resolver las preocupaciones fuera de la cama. Puede resultar muy difícil alejar estos pensamientos de la cabeza cuando se intenta dormir, pero convendría sustituirlos por imágenes o pensamientos agradables, que nos relajen y nos permitan disminuir el estrés. Si las preocupaciones vuelven, pensar que por la mañana y tras un buen descanso podremos dar con mejores soluciones.
No automedicarse. A veces, la medicación puede parecer la solución más rápida y fácil para dormir, sin embargo, debería reservarse para casos en los que otras recomendaciones no han sido efectivas y siempre bajo supervisión de un profesional sanitario.
Cristina Areta Cuesta Laura López Suárez Especialistas en Enfermería Familiar y Comunitaria
Cuidar a personas con enfermedades que ocasionan dependencia es una tarea compleja que incluye actividades variadas: cuidados básicos (cocinar, limpiar…), sanitarios (curas, medicación, movilización…), cuidado de las relaciones, del ambiente, apoyo emocional… De alguna manera, conlleva un exceso de tareas y una sobrecarga emocional que suele afectar a la propia vida. También puede constituir, para quien cuida, una experiencia de desarrollo personal y satisfacción.
CONSECUENCIAS EN LA SALUD DE LA PERSONA CUIDADORA
Muchas personas desean cuidar a su familiar en el domicilio, sin embargo, diversos factores sociales dificultan enormemente esta tarea: personas cuidadoras envejecidas, familias reducidas, incorporación de la mujer al mercado laboral, coste de los cuidados formales… Normalmente es una única persona la que asume la mayor parte de la responsabilidad de los cuidados, suele ser: mujer, de entre 45 y 65 años, casada, comparte domicilio con la persona cuidada, etc. Aunque esto está cambiando en los últimos años hacia un mayor reparto entre los y las familiares del cuidado y de las responsabilidades.
Se ha visto que las consecuencias del cuidado en la salud de las personas cuidadoras pueden ser: cansancio, deterioro de la salud, no disponer de tiempo para sus autocuidados, sentimientos de depresión, toma de medicación…
Es importante procurar un equilibrio entre cuidar y cuidarse.
ESCUELA DE SALUD NAVARRA Y ESCUELA DE CUIDADOS
La Escuela de Salud Navarra coordinada desde el Instituto de Salud Pública, está formada por la Escuela de Madres y Padres, Escuela de Mayores y Escuela de Pacientes. Esta primavera ha ampliado su oferta de actividades creando la Escuela de Cuidados.
Dicha escuela pretende apoyar a quienes cuidan para que lo hagan lo mejor posible y, al mismo tiempo, cuiden de su propia salud y bienestar.
El profesorado está compuesto por profesionales del ámbito social y sanitario, así como por personas cuidadoras expertas, intentando sumar los saberes profesionales y los de las propias personas.
Se ofertan dos talleres, que se imparten en toda la geografía de Navarra:
Uno dirigido a quienes cuidan de personas con Alzheimer y otras demencias.
Otro para personas que cuidan de otras con alguna dependencia.
Existe más información disponible acerca de la Escuela de cuidados o de la programación actual de los talleres en: http://escueladecuidados.navarra.es/
Enfermeras Sección de Promoción de la Salud y Salud en todas las Políticas (ISPLN) Osasuna Sustatzeko eta Politika guztietan Txertatzeko Atala (NOPLOI)
Los síndromes geriátricos son un conjunto de cuadros, signos y síntomas que presentan los pacientes geriátricos especialmente después de los 80 años. Están causados por el deterioro de los órganos y sistemas, y por la respuesta de estos ante enfermedades comunes. Aumentan la vulnerabilidad de la persona y generan, en muchos casos, incapacidad funcional y social, afectando negativamente a la percepción de calidad de vida del paciente geriátrico y de su entorno de cuidados.
Los síndromes geriátricos se interrelacionan entre sí. Una acción puede influir positiva o negativamente en varios síndromes geriátricos y la aparición de uno puede, a su vez, desencadenar otros.
La manifestación de complicaciones puede prevenirse y/o minimizarse si se realiza un diagnóstico correcto, mediante una valoración integraly con un abordaje multidisciplinar, colocando a la persona mayor en el centro para preservar su dignidad y autonomía.
CUATRO GRANDES SÍNDROMES
Aunque han sido definidos una gran variedad de síndromes, existen cuatro denominados grandes síndromes geriátricos:
Inmovilidad: disminución en la capacidad de movilización, trasferencia y/o desplazamiento debido a problemas físicos, funcionales o psicosociales, en mayor medida de manera involuntaria.
Inestabilidad/caídas: Precipitación al suelo que conlleva o no pérdida de conciencia. Se produce en mayor medida en ambiente hospitalario.
Incontinencia: pérdida involuntaria de orina y heces. Genera un problema de salud a nivel físico, económico y social. Las personas con incontinencia a menudo viven su situación con vergüenza y no solicitan ayuda sociosanitaria para su tratamiento.
Deterioro cognitivo: disminución o pérdida de las capacidades cognitivas de manera ocasional o permanente, en personas que previamente la poseían intacta.
Carmen Urbano Rico Bruna Pratsobreroca Andreu Enfermeras Internas Residentes (EIR) de Geriatría. UDM de Geriatría-Hospital Universitario de Navarra
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