La angustia de separación es una situación normal en el desarrollo de los niños, en la que se ponen muy ansiosos cuando se tienen que separar de su cuidador principal, habitualmente la madre.

En contra de lo que podamos pensar, ni es un problema ni el niño está “yendo hacia atrás” en su desarrollo, sino todo lo contrario. Tiene lugar en momentos en los que el niño demuestra más independencia y es esta misma la que le lleva a necesitar estar más cerca de su cuidador para sentirse protegido.

PERMANENCIA DEL OBJETO

En torno a los 7-9 meses, los niños adquieren el sentido de “permanencia del objeto”. Esto quiere decir que aprenden que las cosas existen aunque no puedan verlas, de manera que son conscientes de que papá o mamá se han ido, aunque estén en otra habitación de la casa. Por otra parte no son capaces de comprender el concepto del tiempo, y no saben cuándo volverán o si lo harán alguna vez.

Es a esta edad cuando suele aparecer la angustia de separación, aunque hay niños en los que aparece más tarde, en torno al año y medio o dos años, y otros en los que no aparece nunca.

Es frecuente que el niño experimente angustia y llanto cuando te vas o cuando intentas dejarle con otras personas, agarrándose a ti y resistiéndose. También puede darse un aumento de tomas de lactancia materna, ya que es una manera de estar cerca de mamá y de sentirse seguros. Otro signo es la resistencia a dormir, así como un mayor número de despertares, ya que así nos ven y se aseguran de que estamos a su lado.

FORTALECER EL VÍNCULO MATERNO-FILIAL

Como hemos dicho previamente, es una etapa normal y por lo tanto no hay que hacer nada, aunque si la situación se vuelve muy estresante, podemos ayudarles fortaleciendo el vínculo materno-filial, intentando pasar más tiempo con ellos y aumentando el contacto físico, lo que les dará seguridad. Es importante contestar a su llamada para que sepan que estamos, aunque no nos ven, así como explicarle cuando y porque te vas y que ahora vuelves, para lo que pueden ayudar juegos como el “cucu-tras”. Seguir rutinas cortas y predecibles igualmente puede ayudarles a saber lo que va a pasar.

A pesar de que, como hemos dicho, es una situación normal, si la ansiedad de separación interfiere en las actividades normales del niño o aparece en niños mayores, puede ser un indicador de que el niño padece un trastorno de ansiedad más profundo o ser causado por otros problemas como bullying, situación en la cual habría que consultar con su pediatra.

 

María Eugenia Milagro Jiménez
Irene Velasco Huici
Enfermeras especialistas en Pediatría.
Miembros de la Asociación de Enfermería Pediátrica de Aragón y Navarra (AEPAN)

 

Fuentes

 

Foto: imagen de Bob Dmyt en Pixabay