El síndrome de cutting es el acto de autolesionarse con el fin de alterar un estado de ánimo, terminar con un estado de confusión emocional o aliviar una situación que implique estrés, infligiéndose un daño físico en el cuerpo.
Las autolesiones hacen referencia a cualquier comportamiento que una persona realiza de forma intencionada, autodirigida, inmediata, para hacerse daño a uno mismo, pero no para suicidarse.
¿CUÁLES SON LAS AUTOLESIONES MÁS COMUNES?
Los tipos de autolesiones no suicidas más frecuentes son los cortes en la piel (normalmente en brazos), pero también pueden consistir en otros tipos de cortes a otras partes del cuerpo, rascado en exceso, golpes autoinfligidos u otras formas de hacerse daño a uno mismo, sin intención de acabar con la propia vida.
¿QUÉ PROBLEMAS SUELEN ASOCIARSE A LAS AUTOLESIONES NO SUICIDAS?
En la actualidad estas conductas son cada vez más frecuentes y las exhiben adolescentes no necesariamente afectados de un trastorno mental severo. Estudios recientes indican que entre un 13 y un 45% de los adolescentes se han autolesionado al menos una vez en su vida.
Suelen estar relacionadas con dificultades en la regulación emocional (gestión apropiada de las propias emociones), problemas en las relaciones interpersonales, sean con los amigos o con la familia, la exposición a circunstancias o experiencias adversas en la infancia, entre otros.
Algunos expertos han identificado que a nivel psicológico estas conductas pueden cumplir varias funciones, entre ellas estaría la de buscar experimentar sensaciones intensas, la de minimizar emociones negativas intensas, la de autocastigo por disminuir sentimientos y pensamientos de culpa, la de pedir ayuda y/o comunicar al entorno social un elevado malestar psicológico, por citar algunas.
¿CUÁLES SON LAS SEÑALES DE ALERTA QUE NOS DEBERÍAN HACER PENSAR QUE UN ADOLESCENTE SE ESTÁ AUTOLESIONÁNDOSE DE FORMA REPETIDA?
Hay que considerar el tipo, la gravedad y la frecuencia de las autolesiones no suicidas, la escalada de estas, la presencia o no de otros problemas asociados (si además hay problemas alimentarios, problemas de ansiedad, etc. podría ser más complejo) y los recursos psicológicos del adolescente para afrontar situaciones.
Los especialistas señalan que poder identificar y tratar estas conductas a tiempo, de forma temprana, y ofrecer la ayuda necesaria y adecuada podría contribuir a prevenir el desarrollo de psicopatología más grave.
Si identificamos este tipo de conductas en un adolescente, es necesario que consultemos a un profesional de la salud.
María Ángeles Durán Los Arcos
Lucía Grova Salgueiro
Enfermeras Especialistas en Salud Mental
Fuentes
- Gonzáles V, Valeriano J. D., Carvallo Y, Condori R. “Sindrome de cutting”. Editorial Academica Española. 2020.
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