Una de cada cuatro personas en las ciudades se sienten solos. La soledad se ha convertido en uno de los problemas más relevantes en la actualidad, experimentando un notable incremento por los cambios socioculturales y económicos.

Esta soledad no elegida provoca dolor y aumenta el riesgo de mortalidad. Su magnitud supera muchos de los principales indicadores de salud habituales.

 

ENTENDER LA SOLEDAD

El primer paso para combatir la soledad es entenderla.

El significado de “estar solo” implicaría el aislamiento social, la falta de compañía, la carencia de redes sociales, que no siempre se vive como una experiencia desagradable, sino que también puede darse desde la búsqueda personal como algo enriquecedor. No obstante, el sentimiento que realmente se asocia a la soledad más perjudicial y negativa es el “sentirse solo”, al representar un sentimiento no buscado y en el que, aun contando con una red de apoyo social, el individuo puede experimentar sensaciones de tristeza, nostalgia, miedo o dolor.

Se atribuye la soledad casi en exclusiva a los individuos que viven solos o que apenas tienen relaciones sociales, cuando es evidente que muchas personas que viven en compañía sienten igualmente la soledad. La soledad no es solo cosa de mayores, ni de mujeres, sino que está afectando a personas de muy diversa condición: hombres, jóvenes, adultos, personas con grandes responsabilidades, etc.

 

ESTAR BIEN CON UNO MISMO

Qué te sientas o no solo depende en gran medida de tu actitud. El tipo de pensamientos que tengas en los momentos de soledad pueden condicionar lo que sientas al estar solo. 

Revisa tu diálogo interno ¿Qué significa para mí la soledad? Atrévete a debatir contigo mismo, busca pruebas a favor y en contra de esas ideas, analiza los miedos y comprueba si tienes recursos o no para enfrentarlos y si son realmente tan malos.

Todas las emociones que sentimos sirven como energía para actuar, son el origen del cambio, sólo se convierte en problema si nos estancamos en ellas. Potencia la actividad mental evitando sentimientos de autocompasión.

Cuídate; mantenerte bien físicamente contribuye al bienestar. Haz una dieta equilibrada y practica ejercicio regularmente.

 

TOMA LAS RIENDAS, SÉ PROACTIVO

Cuando eres proactivo tienes la sensación de que tomas el control de tu vida en detrimento de las circunstancias que nos rodean. Dejarse llevar por el contexto reafirma la creencia de que la situación nos aplasta. 

No te aísles, utiliza todos los medios para mantener relaciones sociales. Realiza actividades grupales, viajes. Busca el apoyo de las personas más cercanas a ti, cuida las relaciones familiares y a los amigos, esfuérzate en asistir a eventos sociales.

Mantente laboralmente activo todo el tiempo que sea posible.

Practica tus hobbies o pasatiempos.

Incorpora pequeños avances en el día a día y vete llenando la vida de aquello que nos hace sentir bien. Continúa aprendiendo cosas nuevas a lo largo de toda la vida, evoluciona y adáptate a los nuevos tiempos.

 

UTILIZAR LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS

Benefíciate de las múltiples ventajas que aportan: facilitan la comunicación con los seres queridos a través de correos electrónicos, redes sociales o a través de videoconferencias.

Permiten mantener la mente activa, adquirir habilidades y sentirse útil.

Facilitan la búsqueda de amistades o pareja. El uso de las webs de contactos permite, además de hacer nuevas amistades o encontrar pareja, mejorar las habilidades sociales y comunicacionales.

Aunque tenemos que mirar a las redes sociales con precaución, son un escaparate de felicidad que pueden hacer que te sientas en comparación, más solo. Conviene no dejarse llevar por esas estampas tan perfectas compartidas por los demás y entender que están edulcoradas y exageradas.

 

Montserrat Fernández Rubio
Marta Ibarra Zandio
Mª Nieves Izco García
Enfermeras especialistas en Salud Mental

 

Fuentes

 

Imagen de Lukas_Rychvalsky en Pixabay