Las úlceras por presión (UPP), también conocidas como escaras, son lesiones que se producen en la piel y en los tejidos situados por debajo de ésta, por estar durante mucho tiempo en la misma posición.

La fricción, roce o presión entre 2 superficies duras (el hueso de la persona y la cama o silla, por ejemplo) produce una disminución del aporte de oxígeno y nutrientes que origina en una lesión sobre los tejidos.

Su aspecto puede ir desde un leve enrojecimiento de la piel que no desaparece, hasta úlceras más profundas que puedan afectar a músculos y huesos.

Las UPP representan un importante problema de salud, ya que empeora el estado general y la calidad de vida de las personas que las padecen. También generan una importante sobrecarga en los cuidadores principales. Por tanto, es importante prestar atención a su prevención y cuidados en caso de que se presenten.

FACTORES QUE PUEDEN PREDISPONER A A LA APARICIÓN DE UPP
  • Lesiones en la piel, por ejemplo: sequedad, edemas.
  • Superficie de apoyo dura y/o con arrugas.
  • Falta de higiene.
  • Edad avanzada: conlleva pérdida de elasticidad de la piel.
  • Alteraciones nutricionales s nutricionales por defecto o por exceso.
  • Exposición a la humedad por incontinencia urinaria y/o fecal.
  • Presencia de dispositivos como sondas, drenajes o escayolas.
  • Determinadas enfermedades y tratamientos.
LUGARES MÁS FRECUENTES DE LAS UPP

Las úlceras pueden aparecer en diversas zonas del cuerpo teniendo relación directa con las prominencias óseas sometidas a presión en función de la postura que adopta y mantiene la persona en el tiempo.

Según la posición, las zonas más frecuentes de las úlceras son:

  • Tumbado boca arriba: zona del sacro, espalda, nuca, talones y codos.
  • Tumbado boca abajo: cara, mamas, parte delantera de las costillas y caderas, genitales (principalmente en hombres), rodillas y dedos de los pies.
  • Tumbado de medio lado: orejas, hombros, tobillos y parte lateral de las costillas, caderas y rodillas.
  • Sentado: espalda, sacro, codos y talones.
CUIDADOS PARA PREVENIR SU APARICIÓN
  • Higiene corporal diaria con agua tibia y jabón neutro. Después secar bien la piel, evitando roces y prestando especial atención a zonas de pliegues. Evitar alcoholes o colonias que resecan la piel y aplicar crema hidratante sin realizar masaje directo sobre zonas óseas.
  • Examinar la piel a diario: se puede aprovechar el momento del aseo.
  • Adecuada alimentacióne hidratación: se debe asegurar una dieta variada y equilibrada garantizando la ingesta proteica además de tomar suficientes líquidos.
  • Movilizaciones y cambios posturales: animar a la persona a moverse frecuentemente y cambiar de posición en caso de que pueda hacerlo sola. Si no puede hacerlo, programar cambios posturales cada 2-3 horas durante el día y cada 4 horas por las noches. Asegurar una buena alineación corporal, evitar el contacto de zonas óseas entre sí mediante cojines o almohadas y evitar arrastrar a la persona en los cambios.

Su enfermera de referencia podrá enseñarle a realizar cuidados específicos de UPP y cambios posturales, además de llevar a cabo una valoración y seguimiento personalizado. También puede aconsejarle sobre la necesidad de otros dispositivos o productos de gran utilidad como:

  • Cojines o colchones.
  • Productos de hidratación de la piel más específicos (ácidos grasos hiperoxigenados).
  • Protecciones para talones, codos, sacro…

 

Laura López Suárez
Cristina Areta Cuesta
Especialistas en Enfermería Familiar y Comunitaria


Fuentes

 

Fotografía: Ariadna Creus y Àngel García (Banc d’Imatges Infermeres)