Los Servicios de Urgencias Hospitalarias están abiertos las 24 horas del día, los 365 días del año. En ellos se atiende todo tipo de patologías en cualquier momento, si bien en muchas ocasiones la demanda de asistencia supera los recursos, de la misma forma que no todas las patologías que se atienden tienen la misma gravedad. Por todo esto es imprescindible organizar el trabajo y los recursos disponibles para que funcionen de la forma más eficiente posible.

Para entender con claridad cómo funcionan los servicios de urgencia, y la diferencia de tiempo que se tarda en atender a los diferentes pacientes, es importante tener en cuenta el orden de prioridades con el que trabajan los profesionales.

Para los pacientes y familiares que acuden a estos servicios, el tiempo pasa muy lento, y a veces resulta difícil comprender cómo, pese a haber llegado antes que otros pacientes, les llaman más tarde. Por ejemplo, hay ocasiones en las que puede parecer que alguien se encuentra “aparentemente bien” y sin embargo precisa una atención sin demora por padecer alguna patología potencialmente grave, que no se ve a simple vista.

CLASIFICACIÓN BASADA EN SIGNOS Y SÍNTOMAS DE GRAVEDAD 

Pues bien, un pilar fundamental de esta organización es el triaje de todos los pacientes que acuden a urgencias. Triaje deriva de la palabra francesa “triage”, que significa clasificación.

La valoración que se realiza en el triaje no está enfocada hacia un diagnóstico médico. Está basada en signos y síntomas de gravedad, y su finalidad es determinar si aquello por lo que se consulta requiere una atención inmediata o se puede demorar cierto tiempo (si bien no se niega una atención posterior en el servicio).

Por ello, una vez recogida la información pertinente por el profesional sanitario, se establece un nivel de prioridad que, en nuestros centros hospitalarios, va desde la atención inmediata (prioridad 1), hasta unas 4 horas de espera (prioridad 5).

El triaje, con sus diferencias entre servicios, se aplica tanto para la organización interna de los Servicios de Urgencias Hospitalarios, como para la atención en domicilio o la petición de una ambulancia en las llamadas al 112. Se distribuyen los recursos disponibles en cada momento en función de la gravedad y la urgencia del motivo de consulta.

COLABORACIÓN PARA EL BUEN FUNCIONAMIENTO DE LOS SERVICIOS

En cuanto a la información que se solicita respecto al estado de salud, antecedentes, alergias… es realmente importante para el personal sanitario obtener esos datos, con el fin de intentar aproximar lo máximo posible las necesidades a cubrir y los recursos disponibles, y poder priorizar correctamente, para dar la mejor calidad asistencial a cada paciente.

Por todo ello es sumamente importante tenerlo en cuenta y discernir si es realmente necesario acudir a Urgencias o se puede esperar a una visita de nuestro equipo de Atención Primaria. Hay que recordar que el tiempo de espera dependerá no solo de nuestra patología, sino del resto de pacientes y de cómo esté el servicio en ese momento. La paciencia en estos casos también es imprescindible: puesto que todo el mundo quiere la mayor agilidad, es necesaria la colaboración de todos para el buen funcionamiento de los servicios.

 

Ismael Bravo Tejedor
Enfermero. Servicio de Urgencias Generales. Complejo Hospitalario de Navarra.
Patricia Carrera Martín
Enfermera. Servicio de Urgencias Rurales (SUR) de Isaba.

 

Fuentes