La procesionaria del pino es un tipo de oruga, llamada científicamente “Thaumetopoea Pityocampa”. Aparecen donde hay pinos (también en abetos y cedros) y se alimentan de las hojas de este árbol. Se aprecian en las bolsas de seda que construyen a modo de refugio.

Estas orugas se desplazan en hileras largas, uno tras de otra, en fila india, en busca de comida. Finalmente se entierran en el suelo y en verano eclosionan y surgen mariposas.

La característica peligrosa de estas orugas son los pelillos urticantes que recubren su cuerpo, ya que al contacto provocan escozor. Incluso si se sienten amenazadas, pueden liberar sus pelillos.

 

SÍNTOMAS ASOCIADOS AL CONTACTO
  • Alergia: en niños alérgicos debido a la reacción a sus filamentos tóxicos.
  • Urticaria: dermatitis irritativa, picor y cierta hinchazón en la zona (forma de habas y ronchas).
  • Conjuntivitis: molestias y picor en los ojos.
  • Vías respiratorias: poco común, pero puede darse una inflamación respiratoria (acudir a Urgencias).
TRATAMIENTO
  • Se aconseja aplicar compresas de agua fría en la zona donde se produce el picor (como antiinflamatorio).
  • Si las lesiones son muy extensas, se debe consultar con el pediatra, quien valorará el mejor tratamiento.
PREVENCIÓN
  • Conviene tener cuidado en los meses en los que las larvas descienden (febrero a abril). En ocasiones, si el invierno es suave, se adelantan de enero a marzo.
  • En caso de excursión a estas áreas, se recomienda llevar el cuerpo tapado con camisetas de mangas largas y pantalón largo.
  • Se debe evitar el contacto con la procesionaria, las orugas, nidos o árboles donde residen.
  • Tampoco se debe recoger ni jugar con piñas de pinares afectados. Evitar también jugar con la tierra cercana, ya que existe el posible contacto con las larvas enterradas.

 

Mª Carolina Espinoza Paul
Marina Murcia García
Enfermeras del Consejo Sanitario. Servicio Extrahospitalario de Urgencias de Pamplona.

 

Fuentes

 

Imagen de Josep Monter Martinez en Pixabay