Según la sección de epidemiologia de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC), un 47 % de mujeres entre los 25-34 años es fumadora.  Comprende un rango de edad en el cual la mujer desarrolla con más frecuencia su proceso reproductivo de embarazo. De dicha información podemos extrapolar que hay un alto porcentaje de mujeres fumadoras durante su embarazo.

La combustión del tabaco libera más de 4.000 sustancias toxicas que llegaran al feto, y que no será capaz de metabolizar. Sustancias como la nicotina y el monóxido de carbono (CO) que disminuyen el flujo uteroplacentario, lo que se traduce en una reducción en el aporte de oxígeno y nutrientes de la madre al feto.

CONSECUENCIAS DIRECTAS

Las consecuencias directas del consumo de tabaco sobre el feto son: crecimiento intrauterino retardado (CIUR) con el consiguiente bajo peso al nacer, partos prematuros -sumando a ello la morbimortalidad de la prematuridad-, malformaciones congénitas como el labio leporino y paladar hendido y, en postparto, podríamos hablar del síndrome de muerte súbita del lactante.

Además de daños fetales, el tabaco compromete la evolución del embarazo, aumenta el riesgo de aborto, de placenta previa y desprendimiento de placenta (incremento importante de morbi-mortalidad fetal), además de aumentar el riesgo de rotura prematura de membranas (relacionado con un alto porcentaje de prematuridad fetal)

El único nivel seguro de tabaco durante el embarazo es el de consumo cero. No está justificado ningún consumo, Por tanto, “la ansiedad del abandono tabáquico” no lo justifica, ya que ello no reporta daños sobre el feto y el desarrollo del embarazo, como si lo hace el consumo de un solo cigarrillo al día.

FACTOR DE RIESGO MODIFICABLE

Fumar durante el embarazo es un factor de riesgo modificable. Por tanto, antes de planear un embarazo y durante este, abandonar el hábito tabáquico reducirá problemas de salud para el bebé y la madre, tanto a corto como largo plazo.

Pida ayuda a los profesionales sanitarios de su centro de salud y /o de su centro de atención a la salud sexual y reproductiva (CASSYR).

 

Estefanía Castillo Castro
Vocal de la Asociación Navarra de Matronas (ANAMA)

 

Foto: Pixabay / TawnyNina