La tos es un reflejo que mantiene despejada la garganta y vías respiratorias. Aunque pueda ser molesta, la tos ayuda al cuerpo a protegerse y curarse, facilitando la eliminación de secreciones. La tos puede ser producida por diferentes causas entre las que se encuentran: catarro, asma, alergias, reflujo gastroesofágico, tabaquismo, enfermedad pulmonar o fármacos antihipertensivos.

Puede ser seca (tos irritativa) o productiva (eliminación de mucosidad). Según su duración la tos se considera: aguda, menor de 8 semanas o  crónica, si persiste más de 8 semanas.

Valorando su forma de presentación, entre otras se distinguen varios tipos de tos:

  • Convulsiva (accesos intermitentes y sofocantes).
  • De esfuerzo (voluntaria para expulsar alimentos o cuerpos extraños).
  • Sibilante (ruidos respiratorios agudos).
  • Psicógena (para aliviar la tensión nerviosa o llamar la atención).
  • Perruna (espasmos en laringe).
  • Refractaria (no se ha encontrado la causa, sin mejoría).

 

¿CÓMO PODEMOS TRATARLA?

Se debe determinar la causa de la tos e iniciar un tratamiento específico para esa causa.

Si no sabemos la causa, se tratará de forma sintomática:

  • Aumentar el consumo de líquidos (para favorecer que el esputo sea más fluido) en forma de agua, infusiones, caldos, zumos.
  • Evitar el tabaco, alcohol y cafeína por efectos de sequedad.
  • Se aconseja el uso de caramelos duros por el aumento de la producción de saliva.
  • Humidificar el ambiente.

Al ser la tos una forma de que el organismo se defienda de algo que le molesta, no debe tratarse con medicamentos a no ser que se trate de tos seca persistente, que además produzca fatiga, interfiera en el sueño, nos produzca vómitos, etc. Los fármacos que se utilizan son antitusivos, mucolíticos y expectorantes, evitando su uso en niños. Debe tenerse cuidado en diabéticos, ya que muchos de estos jarabes llevan azúcar en su composición.

Si la tos es nocturna, conviene elevar la cabecera de la cama.

Se aconseja el lavado de manos frecuente, así como taparse la boca y nariz al toser.

 

APLICACIÓN DE REMEDIOS NATURALES

Existen también remedios naturales, sin evidencia científica, como son las inhalaciones, por ejemplo con aceites esenciales a base de tomillo, de eucalipto o de manzanilla, con  agua muy caliente o hirviendo.

También conviene tomar bebidas calientes (evitar las bebidas frías), como infusiones a base de plantas medicinales, por ejemplo una infusión de tomillo con azúcar y sobre todo con miel.

Aplicar pomadas para fricción a base de aceites esenciales, por ejemplo a base de mentol o de alcanfor. En niños menores de 30 meses, es recomendable emplear preparados para niños.

Otro remedio consiste en cortar una cebolla por la mitad y dejarla en la habitación por la noche.

 

Marta Martínez de Goñi Pérez
Beatriz Ágreda Lizáldez

Enfermeras del Consejo Sanitarío (SNS-Osasunbidea)

 

Fuentes