El retraso de la maternidad, sobre todo en el último tercio del siglo XX, se ha convertido en un fenómeno común en el mundo desarrollado como resultado de factores sociales, educacionales y económicos. Según datos de la Comunidad Económica Europea, se ha producido un incremento progresivo, en todos los estados miembros, de la edad materna en el momento del primer parto, siendo España el país cuya media de edad es más alta de toda la comunidad (30,8 años).

El límite superior de edad, a partir del cual se considera a la paciente gestante añosa, ha ido variando a lo largo de la historia y aún hoy en día sigue siendo un importante motivo de controversia. En la actualidad, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) establece este límite en los 35 años. El embarazo a partir de los 35 años se considera un factor de riesgo medio (riesgo I) para el desarrollo de complicaciones en el transcurso de la gestación.

Menos posibilidades de embarazo

A medida que avanza la edad, las posibilidades de que una mujer quede embarazada disminuyen, debido al deterioro en la calidad de sus óvulos. Los índices de aborto espontáneo (por anomalías cromosómicas) o de embarazo ectópico (embarazo fuera de la cavidad uterina) aumentan también de forma significativa con la edad.

Por otro lado, la gestación en mujeres mayores de 35 años se asocia con mayor frecuencia a patología gestacional lo cual repercute en la morbimortalidad materna y fetal. A este respecto diversos estudios concluyen que las madres añosas tienen mayor riesgo de sangrado en el primer trimestre de embarazo y de amenaza de parto pretérmino (antes de las 37 semanas de gestación) lo cual requiere ingreso hospitalario y tratamiento específico. Además aumenta el riesgo de tener placenta previa lo cual pueda dar lugar a sangrados, diabetes gestacional e hipertensión arterial durante el embarazo. La mayor frecuencia de esta patología gestacional se asocia a una mayor tasa de inducciones de parto y también de cesáreas, sobre todo en mujeres primíparas.

Repercusiones en el bebé

Respecto a las repercusiones en el bebé, la edad materna guarda relación con la mayor probabilidad de que el niño tenga alguna anomalía cromosómica, la más frecuente es el Síndrome de Down. La prematuridad en los bebés de madres añosas también resulta más frecuente al igual que la muerte intraútero en comparación con las mujeres más jóvenes.

Si bien es cierto que el embarazo a partir de los 35 años tiene sus riesgos tanto para la madre como para el bebé, la mayoría de estos riesgos pueden controlarse de manera eficaz con un adecuado control médico perinatal.

 

Amaia Luquin Villanueva
Matrona. Complejo Hospitalario de Navarra-B
Asociación Navarra de Matronas (ANAMA)

Fuentes

  • Edad materna avanzada y gestación. Resultados perinatales. M. Canto Rivera, A. Reus Agusti, S. Cortes Biedma, F. Ojeda Pérez. 31 Congreso Nacional de la SEGO. Mayo 2011.
  • Riesgo obstétrico y perinatal en embarazos mayores de 35 años. Verónica Chamy P., Felipe Cardemil Mª., Pablo  Betancour Mª., Matías Ríos Sª., Luis Leighton V. Rev Chil.Obstet Ginecol.2009; 74 (6): 331-338.
  •  Embarazo después de los 35. SEGO.
  •  La edad materna como factor de riesgo obstétrico. Resultados perinatales en gestantes de edad avanzada. Blanca Heras Pérez, Julio Gobernado Tejedor, Pablo Mora Cepeda, Ana Almaraz Gómez. Prog Obstet Ginecol.2011; 54 (11): 575-580.

 

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