Cuando llega el momento del examen de una oposición, debes demostrar todo el trabajo y esfuerzo que llevas realizando durante largo tiempo. En este examen te juegas mucho y hay que evitar que los nervios jueguen una mala pasada. Repasemos algunas claves:
Antes del examen
- Ten confianza en ti mismo y en el buen trabajo que has realizado. Mantener una actitud positiva y un elevado nivel de motivación es imprescindible para aprobar una oposición. Según el modelo de Aaron Antonovsky salutogénico, deberemos fijarnos más en nuestras potencialidades y no en nuestras debilidades. Evita comentarios como “se me dan mal los test”, “yo no sé estudiar” o “tengo memoria de pez”.
- Cuando empieces a estudiar, notarás que no te concentras y te cuesta permanecer sentado. Esto es un entrenamiento: cerebro y cuerpo se tiene que ir haciendo y acostumbrando. Vete programando sesiones de estudio de forma progresiva y así alcanzarás jornadas de estudio más largas y eficientes. Si empiezas con 10 horas al día, vas a llegar muy cansado y las horas cundirán muy poco.
- Un buen descanso te ayudará a controlar tu ansiedad en el momento previo al examen. Es recomendable dormir 8 horas y llegar descansado al examen y las semanas previas. Deja tiempo para estar con los tuyos y disfrutar de ellos. Haz deporte, liberarás estrés y generarás endorfinas para tu cerebro. En las semanas previas es más importante el descanso que el estudio. El examen es una carrera de fondo y si quieres ganar un maratón entrenando para los 100 m. lisos, olvídate.
- Familiarizarse con el lugar: llega con tiempo para poder conocer el lugar donde te examinarás. Incluso visita ese lugar el día de antes. Si es posible, métete en la clase donde harás el examen.
- Calidad sobre cantidad: haber estudiado mucho no garantiza aprobar el examen. Debes elegir un buen método de ejecución y organización.
- Si el examen es tipo test, no hagas preguntas sueltas por hacer. Ponte en situación de simulacro y haz 100 preguntas en 120 minutos, sin distracciones y sin corregir hasta el final. Ponte en modo examen al menos una vez a la semana. Analiza cada respuesta, cómo está formulada la pregunta. Es una parte importante del estudio y además, si el examen es tipo test, hay que saber hacer test.
- Estudiar siempre de los mismos apuntes, no dispersarse con varias fuentes. El ser humano funciona en un porcentaje muy alto por memoria visual.
- Prepara el día de antes todo lo que vayas a necesitar para que no se te olvide nada: bolígrafos, DNI, reloj, transporte al examen…
- Debes asistir con un aspecto presentable y una indumentaria apropiada. Arreglarte y verte bien en el espejo el día del examen mejora el ánimo y en consecuencia, el rendimiento.
Durante el examen
Si cuando recibas el examen te sientes muy nervioso, dedica 5 minutos a respirar y concentrarte. Empieza por las preguntas de reserva para ir alcanzando la concentración máxima. Toma breves descansos, cada 25 minutos y, por ejemplo, bebe agua y toma glucosa en forma de caramelos, chocolate…
Ten en cuenta que el examen está pensado para hacer criba. Seguramente verás preguntas que no te suenen de nada, eso desestabiliza al opositor, ya que puede dudar de sí mismo y de lo que ha estudiado. Que no sea tu caso: has estudiado, sabes un montón de cosas y quedan muchísimas preguntas por responder.
Subraya en las preguntas aspectos importantes como: INCORRECTA, NO ES CIERTO, AFIRMACION CORRECTA…
Para terminar, os dejo una frase de M. Ghandi: “Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa”.
Javier Laparra Garrido
Enfermero especialista en Salud Mental.
Socio de AEESME Navarra.
Foto: Pixabay (StockSnap)