El verano ya está aquí, trayendo consigo las altas temperaturas, las cuales sobrellevamos de mejor o peor manera. Intentamos adaptarnos al calor, modificando nuestras actividades diarias al periodo estival. Debemos vigilar esa adaptación en las personas mayores, poniendo especial atención en las siguientes recomendaciones:

El cuidado de los mayores en verano

“Anciano desnudo al sol”.
Mariano Fortuny. Museo del Prado.

  • Promover en la medida de lo posible una alimentación variada, eligiendo alimentos fácilmente digeribles: frutas, verduras y ensaladas.
  • Optar por la proteína procedente de pescados mejor que las cárnicas.
  • Fraccionar las comidas en 5 ingestas, en lugar de 3.
  • Realizar cenas ligeras, con bebidas frías y dejando dos horas desde el fin de la cena hasta acostarse.
  • Prestar especial atención a una correcta higiene alimentaria, lavándose las manos, y manteniendo los productos perecederos siempre en el frigorífico.
  • Ingerir de 1,5-2 litros de agua al día, aún sin tener sed. Si el agua no es lo suficientemente apetecible, podemos ofrecer infusiones, leche semidesnatada, zumos, gelatinas o helados (ojo con el azúcar).
  • Utilizar una vestimenta adecuada, preferiblemente de algodón, de colores claros, protegiendo la cabeza con gorra, visera, sombrero y gafas de sol.
  • Aplicar protectores solares, con índice protector por encima de 20, recordando que las nubes finas dejan pasar los rayos UV.
  • Evitar las horas de mayor incidencia solar para hacer ejercicio, procurando realizar la actividad a primera hora de la mañana o a última de la tarde.
  • Garantizar una adecuada temperatura en la habitación, teniendo especial precaución con el uso de aires acondicionados, evitando en lo posible cualquier fuente de ruido.
  • Intentar evitar que tengan que adaptarse a nuevos entornos durante los periodos de vacaciones de familiares/cuidadores habituales.

 

Fernando Gómez Gil
Enfermero. Servicio de Geriatría. Complejo Hospitalario de Navarra

 

Fuentes: