La hipertensión arterial (HTA) es la elevación mantenida de cifras de presión arterial sistólica (“la alta”) iguales o superiores a 140 mmHg y cifras de presión diastólica (“la baja”), iguales o mayores de 90 mmHg.
La HTA tiene una prevalencia importante en los países desarrollados, sobre todo en población adulta. Sus complicaciones son las primeras causas de muerte y discapacidad en el mundo.
La enfermera de atención primaria juega un papel fundamental en la detección, cribado y seguimiento de los pacientes hipertensos, realizando la toma periódica de tensión arterial (TA) en la consulta.
Para el diagnóstico de HTA se deben realizar un mínimo de 3 determinaciones de TA separadas entre sí, al menos una semana, en el período máximo de 2 meses.
Las circunstancias a tener en cuenta para una adecuada toma de TA son:
- Ambiente tranquilo.
- Reposo de 5-10 minutos previo a la medición.
- Toma en el brazo que presente cifras más elevadas, normalmente suele ser el brazo dominante.
- Permanecer sentado con los pies apoyados en el suelo.
Otros factores que pueden modificar las cifras de TA son: tabaco, alcohol, ingesta reciente, ejercicio físico, café, dolor, ganas de orinar, ropa apretada y fenómeno de la “bata blanca”.
La HTA no suele producir síntomas, de ahí la importancia de un diagnóstico precoz.
CONSECUENCIAS
El aumento prolongado de la TA daña los vasos sanguíneos de todo el cuerpo, sobre todo de los órganos diana como son el corazón, los riñones, el cerebro y los ojos. Por tanto, las consecuencias que se derivan de la HTA mantenida y no tratada son:
- Infarto de miocardio.
- Insuficiencia cardíaca.
- Aumento del tamaño del corazón.
- Daño renal.
- Enfermedades cerebrovasculares.
- Ceguera.
PAUTAS PARA SU CONTROL
Además del tratamiento farmacológico son esenciales las modificaciones de los estilos de vida y el seguimiento de las cifras de TA para verificar un adecuado control de la HTA.
Las estrategias fundamentales son:
- Toma de medicación pautada por el médico.
- Reducir el peso corporal.
- Limitar el consumo de alcohol.
- Suspensión del tabaco.
- Restricción de la ingesta de sal.
- Reducir el consumo de grasas saturadas y colesterol en la dieta.
- Práctica de ejercicio físico aeróbico de manera regular.
- Adoptar medidas para reducir el estrés.
Cristina Areta Cuesta
Laura López Suárez
Especialistas en Enfermería Familiar y Comunitaria
Fuentes
- Asociación Española de Enfermería de Hipertensión y Riesgo Cardiovascular (ERHICA): http://www.ehrica.org
- Organización Mundial de la Salud: http://www.who.int/topics/hypertension/es/
- Web Osakidetza: https://www.osakidetza.euskadi.eus/r85-pkgpc02/es/contenidos/informacion/gpc_hta/es_bb_enmas/utilizacion.html
- UpToDate: Choice of therapy in essential hypertension: recommendations