Una herida se define como la pérdida de solución de continuidad de la piel.

CLASIFICACIÓN

Existen distintas clasificaciones de las heridas dependiendo de:

  • Localización.
  • Profundidad: si afectan a una capa de la piel o a más, a los nervios, tendones, músculos u órganos internos.
  • Mecanismo de producción:
    • Punzantes: producidas por objetos punzantes (como un cuchillo).
    • Contusas: producidas por objetos romos, son heridas cerradas en las que es usual la aparición de hematomas (golpe contra una puerta).
    • Abrasivas: causadas por la fricción o rozamiento de la piel con superficies duras (caída de la bicicleta).
    • Quemaduras: que a su vez se clasifican según extensión, profundidad (1,2 o 3 grado) y mecanismo de producción (químicas, eléctricas, solares).
    • Quirúrgicas: producidas por una cirugía.
    • Mordeduras.
 

CUIDADOS

Dependiendo de la clasificación de las heridas, éstas necesitarán distintos cuidados: aplicación de puntos o grapas; de pomadas y apósitos desbridantes (ayudan a eliminar el tejido muerto); anti-infecciosos (combaten la infección) y cicatrizantes (estimulan la cicatrización de las heridas).

En general los primeros cuidados que se deben aplicar a todas las heridas son:

  • Limpieza con agua y jabón neutro y secado minucioso.
  • Aplicación de antiséptico (povidona yodada, clorhexidina…)
  • Si existe sangrado, compresión directa de la herida hasta que ceda.
  • Cubrir con un apósito o vendaje.

También conviene tener en cuenta otros consejos como:

  • Mantener la heridas limpias y secas.
  • Vigilar los síntomas o signos que nos indicarían que puede existir una infección: enrojecimiento de los bordes, calor, dolor y exudación purulenta y/o maloliente.
  • Comprobar que se cumple el calendario vacunal frente al tétanos.

 

Mª Soledad Villabona Irigoyen
Enfermera del Consejo Sanitarío (SNS-Osasunbidea)

 

Fuentes

 

Fotografía: PIxabay / saulhm