Con motivo de la celebración del Día Mundial contra el Cáncer Infantil el próximo 15 de febrero, queremos dedicar este post a… ¡nuestros pequeños grandes valientes!

En los últimos años, ha habido un aumento de la incidencia del cáncer en la población pediátrica, aunque sigue siendo menos frecuente que en los adultos.

El cáncer se define como un grupo de enfermedades que se genera cuando las células crecen y se dividen de manera descontrolada, produciéndose más de las necesarias y formándose así una masa o tumor.

Los niños de 0 a 14 años se ven afectados principalmente por leucemias, en concreto la linfoblástica aguda, seguida de tumores del sistema nervioso central, y otros tipos como los linfomas y el neuroblastoma.
Los padres son los mejores observadores de los síntomas de sus hijos. Inicialmente pueden ser similares a los de otros procesos frecuentes, como fiebre o malestar, pero casi siempre van acompañados varios síntomas. Es importante tener en cuenta:

  • Fiebre prolongada.
  • Dolor de cabeza, sobre todo si se acompaña de vómitos.
  • Masas abdominales.
  • Convulsiones (no confundir con convulsión por proceso febril).
  • Dolor y tumoración en una extremidad.

Niño hospital cáncer
Foto: Pixabay


Actualmente la supervivencia global en nuestro medio es alta (75-80%), pero el diagnóstico de cáncer infantil supone un cambio súbito en la vida de toda la familia, por lo que debe considerarse una “enfermedad familiar”.

Las necesidades de un niño recién diagnosticado y su familia son muy amplias, y deben ser abordadas por distintos profesionales.

  • En el niño:
    • Cambio en el entorno y actividades normales (jugar, estudiar, relacionarse con amigos…).
    • Malestar físico tanto por la enfermedad como por las pruebas diagnósticas y tratamientos.
    • Ansiedad por el nuevo medio que le rodea.
    • Problemas con la imagen corporal (caída de pelo, aumento o disminución de peso…
  • En los padres:
    • Fuerte choque emocional con sentimientos de negación y culpabilidad.
    • Frecuentemente sentimientos de duelo anticipado.

Por todo esto, es importante contar durante todo el proceso con el apoyo tanto de los profesionales como de asociaciones y grupos que pueden ayudar a las familias a afrontar la enfermedad de la mejor manera posible.


Irene Velasco Huici
Maria Eugenia Milagro Jiménez
Marta Espartosa Larrayad

Enfermeras especialistas en Pediatría. Miembros de la Asociación de Enfermería Pediátrica de Aragón y Navarra (AEPAN)
@AEPANenfermería

Bibliografía
  • Rubio Aparicio P, Beléndez Bieler C, Riesco Riesco S, Herrero Díez A.  Oncología pediátrica I. Patología oncológica. En: Guerrero Fernández J, Ruiz Dominguez J.A, Menéndez Suso J. J, Barrios Tascón A. Manual de diagnóstico y terapéutica en pediatría. 5ª edición. Madrid: Publimed; 2011. P. 931-939.
  • Díaz, A, Hortensia. El cáncer infantil: Un corte radical en la vida familiar. En Libro de Ponencias de 10 Jornadas Internacionales de Atención Multidisciplinar al Niño con Cáncer. Valencia: Repro-Exprés, S.L. 1993.
  • Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, Sociedad Española de Hematología y Oncología Pediátricas, Federación Española de Padres de Niños con Cáncer, Asociación Española de Pediatría. Guía de detección temprana. Cáncer en niños y adolescentes. 2015. Disponible en: http://guiadeteccioncancerinfantil.aepap.org/img/guia_deteccion_temprana.pdf
  • Asociación de Padres de Niños Oncológicos de Aragón. Los problemas de la enfermedad oncológica infantil. Guía para padres. 2006. Disponible en: http://aspanoa.org/files/File/aspanoa%20guia%20padres.pdf