La nutrición es muy importante para la salud física y emocional. Si usted dispone de tiempo, acompañe al anciano durante la comida para que le resulte más reconfortante y agradable. Si está inapetente, tenga paciencia y evite que la necesidad de alimentarse se convierta en un acto de sufrimiento.

En general, la alimentación tiene que ser equilibrada, variada y gastronómicamente aceptable. La comida, en el caso de los ancianos, debe ser fácil de preparar y capaz de estimular el apetito. Es importante que los platos estén bien presentados y que faciliten la masticación y la digestión.


Se recomienda realizar 5-6 comidas al día y limitar la cantidad en cada ingesta. De esta manera, se obtienen mejores digestiones y es más fácil mantener controlados los niveles de glucosa en sangre.
Alimentación en el anciano


Los déficits nutricionales más comunes en personas mayores son la falta de vitamina D y la falta de zinc. El déficit de vitamina D se asocia a caídas y puede provocar anemia, úlceras en la boca y pérdida de pelo. Para evitar este problema se recomienda ingerir verduras y legumbres verdes, frutas, hígado, cereales y levadura de cerveza. La falta de zinc afecta al sentido del gusto y del olfato y disminuye las defensas. Entre los alimentos con alto contenido en zinc encontramos carnes, pescados, mariscos, legumbres, huevos, quesos curados y cereales integrales.

El ejercicio también es importante. Sin embargo, debe individualizarse de acuerdo al estado de salud y la condición física de cada persona. Habitualmente se aconseja caminar, nadar, bailar o trotar; siempre y cuando no exista contraindicación médica.

Concepción Molina Pérez
Especialista en Enfermería Geriátrica
Vocal de la Sociedad Navarra de Geriatría y Gerontología (SNGG) (@sngeriatria)

Bibliografía: