Si usted es de los que piensan que el abuelo es un cascarrabias que solo oye lo que quiere, se equivoca. La pérdida de audición asociada al envejecimiento es un problema común que afecta a los ancianos y provoca conductas de aislamiento. Si “el abuelo” se muestra irritable y desconfiado, tiene la impresión de que ustedes cuchichean a sus espaldas, y cree que hablan a escondidas de él, seguramente, “ha perdido oído”.

La pérdida de audición asociada al envejecimiento se instaura gradualmente y afecta predominantemente a las frecuencias altas. Este es el motivo por el que, por ejemplo, la voz del hombre es más fácil de oír que la de la mujer. En general, los sonidos se perciben menos claros y de menor volumen. El habla de los demás parece un murmullo, algunas consonantes no se identifican con claridad y las conversaciones son difíciles de entender; sobre todo, si hay ruido de fondo.

Paradójicamente, algunos sonidos resultan enormemente molestos y fuertes. Puede que le cueste creerlo, pero es verdad. “El abuelo” detesta la zona de carga y descarga que han puesto bajo el balcón. El ruido del motor de las furgonetas de reparto es ensordecedor. Sin embargo, esta mañana no ha atendido al cartero porque, simplemente, no oyó sonar el portero automático…

Concepción Molina Pérez
Especialista en Enfermería Geriátrica
Vocal de la Sociedad Navarra de Geriatría y Gerontología (SNGG) (@sngeriatria)



Bibliografía:

  • Presbiacusia. National Institute on Deafness and Other Communication Disorders (NIDCD) 

  • Cobo Domingo JC. Cambios físicos y psíquicos en la vejez. En: Formación continuada Logoss. Geriatría y Gerontología. Atención integral al anciano. 14ª edición. Formación Continuada Logoss SL; 2008. p. 27-55.