Hablar de Enfermería es hablar de cuidado. Un cuidado que ha estado presente desde los inicios de la humanidad. En la Prehistoria, destinado a satisfacer las necesidades más básicas y con el único objetivo de la supervivencia. En la antigua Mesopotamia y en la civilización egipcia se encuentran las primeras referencias sobre mujeres cuidadoras, que mediante masajes, plantas medicinales o incluso “magia” trataban enfermedades.

Para Florence Nightingale (1820-1910), considerada la pionera en la profesionalización, el objetivo enfermero consiste en facilitar los procesos de reparación de una persona controlando el entorno. Sin embargo en España no será hasta 1857, con la Ley de Instrucción Pública, cuando comienza la profesionalización de la Enfermería y aparecen las primeras referencias legales sobre sus estudios. Una trayectoria que culmina con la aprobación en 1915 del título de Enfermería

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La práctica del cuidado se ha extendido del ámbito doméstico al ámbito profesional, hasta convertirse en la actividad principal, el objeto de estudio, y la razón de ser de la Enfermería. Un cuidado con un marco teórico propio y una metodología científica que identifica y distingue a la disciplina enfermera.

Este cuidado se materializa de diversas formas. Desde la satisfacción de las necesidades más básicas, a la realización de cuidados y procedimientos más complejos, donde el pensamiento crítico y razonamiento clínico aparecen como herramientas importantes para la toma de decisiones sobre el cuidado de las personas. Un cuidado que se ha diversificado en los diferentes ámbitos de actuación de Enfermería: asistencial, docente, investigación y gestión.

En cualquiera de los casos, el cuidado debe ser integral e individualizado, respetando los valores y creencias de las personas, enmarcado dentro del Código Deontológico de la Enfermería y basado en la evidencia científica.

En la actualidad se nos llama de muchas formas, no siempre adecuadas, pero somos enfermer@s. Profesionales, en suma, que se han formado para dar cuidado, confort y ayuda a las personas que se encuentran en situaciones de enfermedad. Pero no nos quedamos ahí: también formamos parte de la prevención, promoción y la investigación.

Somos cuidadores, comunicadores y educadores; defendemos al paciente y le asesoramos; gestionamos e investigamos para poder asistirle de forma integral.


Belén Palacios Ortega
Enfermera. Máster en cuidados integrales de Enfermería en situaciones críticas y urgencias en el adulto por la Universidad de Málaga.
@BelenPalacios_O


Nely Soto Ruiz
Enfermera. Licenciada en Antropología Social y Cultural.
Profesora de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Pública de Navarra.
@NelySoto4

Ilustración cortesía de Mónica Lalanda (@mlalanda)  http://monicalalanda.com/
Bibliografía
  • Kozier B, Erb G, Berman A, Shirlee S. Fundamentos de Enfermería: conceptos, proceso y práctica. Vol. I. 2ªed. Madrid: 2005. p. 9-12
  • Grupo CTO. Manual CTO de Enfermería. Tomo I. 5ªEd. Madrid: 2011. p. 285-305
  • Martínez-Martín L, Chamorro E. Historia de la Enfermería. Evolución histórica del cuidado. 2ª ed. Barcelona: Elsevier-España, 2011p. 112-115.
  • Siles J. Historia de la Enfermería. Alicante: Aguaclara, 1999. P.244-246.